Mientras las cabinas telefónicas desaparecen, un nuevo ícono comienza a invadir la ciudad: kioskos que ofrecen wi-fi, tableta y llamadas gratis a cualquier número de Estados Unidos
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| Tableta, teléfono, router, cargador y botón de auxilio: cinco servicios integrados |
Nueva York.- De aquí a ocho años ya no habrá teléfonos públicos en Nueva York, al menos no en la versión tradicional. Desde diciembre los kioskos LinkNYC han comenzado a ser instalados a lo largo de la bahía, con la intención de proveer no sólo llamadas a cualquier número fijo y celular de EEUU, sino además señal de internet, dos cargadores USB, botón para reportar emergencias (911) y hasta una tableta Android para usar sin límite de tiempo.
Todo lo anterior, gratis, financiado por la publicidad interactiva expuesta en las paredes de los kioskos, lo que se estima generará 500 millones de dólares en los próximos 12 años, según Jen Hensley, gerente general de LinkNYC.
El acuerdo implica que 50% de ese dinero debe ir a la Alcaldía de la ciudad, institución que en 2014 hizo una convocatoria a la empresa privada para actualizar la telefonía pública, obsoleta y dañada por el vandalismo. El otro 50% va a CityBridge, consorcio detrás de LinkNYC, que ha invertido $ 200 millones en cableado de fibra óptica para este proyecto.
Nueva York tiene edificios altos y muy pegados, calles estrechas y un consumo de wi-fi (19 mpbs) que duplica el promedio nacional (8,8 mpbs). Considerando la población de la ciudad (8,5 millones) y los turistas (60 millones al año), se ha previsto un servicio "extremadamente robusto", para que al menos cien personas puedan conectarse a internet al mismo tiempo desde la señal de cada módulo. En tanto, el servicio telefónico/tableta es individual: un panel por kiosko. También se ha considerado en el diseño que sea resistente a la lluvia, la nieve, el viento, el sucio, terremotos, inundaciones y vandalismo.
Desde diciembre se han instalado 140 módulos, de los cuales 40 ya están activos, número que se estima elevar a 510 para finales de julio en los cinco distritos de la ciudad. La cifra se perfila en 4.550 en un plazo de cuatro años, hasta completar 7.500 kioskos en 2024.
Neoyorquinos y visitantes tienen acceso no sólo a internet gratis de alta velocidad (100 veces más rápido que el wi-fi público promedio), sino que pueden hacer llamadas sin costo dentro del país a través de Vonage, lo que permite a los turistas extranjeros ahorrar en servicio de roaming.
Las llamadas se hacen con altavoz, pero quien quiera privacidad puede conectar sus propios auriculares, muy recomendado además ante el ruido típico neoyorquino.
Varias medidas garantizarán la privacidad de los usuarios. Entre ellas, que el teléfono público no permite la opción de volver a marcar (redial) y los números se borran a medida que el usuario los marca (como cuando se escribe la clave en un cajero automático). Los puertos USB son sólo para cargar baterías, no funcionan para intercambiar data. Además, para conectarse a la señal de internet sólo es necesario registrarse una vez, sin crear nombre de usuario ni contraseña. Sí hay que indicar un correo electrónico, pero éste tampoco será validado para activar el acceso, garantizando así que no se recibirá publicidad alguna, aseguró Hensley enfática.
Toda la navegación estará encriptada. Pero sí habrá cámaras en cada kiosko para monitear el mantenimiento y la seguridad del equipo.
Otras alcaldías dentro y fuera de EEUU han manifestado interés en importar esta idea, pero los voceros de LinkNYC declinaron nombrar cuáles son las otras ciudades con las que están conversando.
Todo lo anterior, gratis, financiado por la publicidad interactiva expuesta en las paredes de los kioskos, lo que se estima generará 500 millones de dólares en los próximos 12 años, según Jen Hensley, gerente general de LinkNYC.
El acuerdo implica que 50% de ese dinero debe ir a la Alcaldía de la ciudad, institución que en 2014 hizo una convocatoria a la empresa privada para actualizar la telefonía pública, obsoleta y dañada por el vandalismo. El otro 50% va a CityBridge, consorcio detrás de LinkNYC, que ha invertido $ 200 millones en cableado de fibra óptica para este proyecto.
Nueva York tiene edificios altos y muy pegados, calles estrechas y un consumo de wi-fi (19 mpbs) que duplica el promedio nacional (8,8 mpbs). Considerando la población de la ciudad (8,5 millones) y los turistas (60 millones al año), se ha previsto un servicio "extremadamente robusto", para que al menos cien personas puedan conectarse a internet al mismo tiempo desde la señal de cada módulo. En tanto, el servicio telefónico/tableta es individual: un panel por kiosko. También se ha considerado en el diseño que sea resistente a la lluvia, la nieve, el viento, el sucio, terremotos, inundaciones y vandalismo.
Desde diciembre se han instalado 140 módulos, de los cuales 40 ya están activos, número que se estima elevar a 510 para finales de julio en los cinco distritos de la ciudad. La cifra se perfila en 4.550 en un plazo de cuatro años, hasta completar 7.500 kioskos en 2024.
Neoyorquinos y visitantes tienen acceso no sólo a internet gratis de alta velocidad (100 veces más rápido que el wi-fi público promedio), sino que pueden hacer llamadas sin costo dentro del país a través de Vonage, lo que permite a los turistas extranjeros ahorrar en servicio de roaming.
Las llamadas se hacen con altavoz, pero quien quiera privacidad puede conectar sus propios auriculares, muy recomendado además ante el ruido típico neoyorquino.
Varias medidas garantizarán la privacidad de los usuarios. Entre ellas, que el teléfono público no permite la opción de volver a marcar (redial) y los números se borran a medida que el usuario los marca (como cuando se escribe la clave en un cajero automático). Los puertos USB son sólo para cargar baterías, no funcionan para intercambiar data. Además, para conectarse a la señal de internet sólo es necesario registrarse una vez, sin crear nombre de usuario ni contraseña. Sí hay que indicar un correo electrónico, pero éste tampoco será validado para activar el acceso, garantizando así que no se recibirá publicidad alguna, aseguró Hensley enfática.
Toda la navegación estará encriptada. Pero sí habrá cámaras en cada kiosko para monitear el mantenimiento y la seguridad del equipo.
Otras alcaldías dentro y fuera de EEUU han manifestado interés en importar esta idea, pero los voceros de LinkNYC declinaron nombrar cuáles son las otras ciudades con las que están conversando.
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