El aeropuerto internacional neoyorquino John F. Kennedy, uno de los más transitados de Estados Unidos, será modernizado a un costo de US$ 10.000 millones, según anunció el gobernador del estado, Andrew Cuomo.
Será "un aeropuerto unificado, interconectado, que cambie la experiencia del pasajero y torne más fácil la experiencia de acceder a él y navegarlo", dijo Cuomo. En una ciudad que se considera el ombligo del universo, el aeropuerto JFK es calificado como el 59º en términos de experiencia de pasajeros, detrás de Heathrow de Londres, Singapur y Seúl, entre muchos otros. Es famoso por sus multitudes, por el retraso de vuelos, y los críticos se quejan de que llegar desde Manhattan lleva demasiado tiempo.
"El aeropuerto John F. Kennedy fue una vez un centro de transporte de nivel mundial, envidiado por toda la nación. Hoy está ahogado en tráfico y tiene sistemas obsoletos e infraesructura decadente", dijo Pat Foye, director ejecutivo de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, que controla los aeropuertos.
JFK dio la bienvenida a 60 millones de pasajeros en 2016, y la esperanza es que alcance a 75 millones en 2030, y a 100 millones para 2050. "Por cada millón de pasajeros que el JFK no puede recibir, la región pierde aproximadamente US$ 140 millones en salarios, 400 millones en ventas y 2.500 empleos. JFK es uno de los únicos grandes aeropuertos del mundo que no ofrece a los viajeros un viaje directo desde el centro de su ciudad" en transporte público, subrayó Foye.
Del presupuesto de casi US$ 10.000 millones, 8.000 son para terminales y de 1.500 a 2.000 millones para mejoras en calles y rutas de acceso.
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