New York Ultimate

lunes, 21 de diciembre de 2015

The Water Tank Project: un mundo arriba de las calles de Nueva York


UNA DE LAS FORMAS MÁS EFECTIVAS DE FIJAR CONCEPTOS ES MEDIANTE EL ARTE, Y LA ECOLOGÍA TAMBIÉN SE SIRVE DE ELLA PARA DIFUNDIR MENSAJES


Acá localmente lo sabe bien el colectivo de Ghierra Intendente que ha tocado el tema que nos convoca hoy, también a través de su proyecto "Titankes", que apela a ese paisaje elevado donde se encuentran los tanques de agua, para captar la atención, y sembrarlo de intervenciones artísticas.
 
Más al norte, en Nueva York, ya desde el año 2010 nació una idea de la mano de Mary Jordan, una artista, directora de cine y activista social que en un viaje a Etiopía contrajo una enfermedad lo suficientemente grave como para prometer que si se curaba, haría algo para difundir el problema y las consecuencias de la escasez del líquido elemento. 
 
Esponsoreada por marcas top (Sotheby´s, Hansgrohe, HP, Hearst corp., Deutsche Bank y Rockefeller foundation, entre otros) en el marco de un programa de concientización de preservación y cultura del cuidado del agua llamado New Water culture y de un proyecto artístico "World above the street", nació "The Water Tank Project".
 
¿El objetivo? Generar conciencia a través de programas educativos, difusión en medios e intervenciones artísticas acerca de la optimización del agua, en cerca de 300 torres de agua de las azoteas de la ciudad, combinando trabajos de niños de escuelas públicas con el de artistas consagrados como Ed Ruscha, Tim Maguire, John Baldesarri y Jeff Koons.
 
Así, desde el verano de 2014 fueron surgiendo y multiplicándose ejemplos dignos de admiración callejera y que destacan por contraste a la distancia: 12.200 m2 de látex impreso en formato súper ancho, inspirados en arte moderno, fotografía, arquitectura o moda. La próxima vez que visite por Nueva York, recuerde mirar hacia arriba, seguramente hay otros planos de sorpresas que depara la ciudad.
 
Vean fotos del proyecto acá

El High Line de New York: Una historia de desafíos, negociaciones y perseverancia


HAY LUGARES QUE ESTÁN DESTINADOS A SER EXCEPCIONALES DEBIDO A LA CARGA DE MEMORIA, SIGNIFICADO PARA LA COMUNIDAD, TRANSFORMACIONES QUE VIVIERON, O INTERACCIÓN DE CREADORES.


El High Line de New York es un ejemplo cabal de ello y se vive y conoce en múltiples capas. 
No fue por falta de información previa, más comercial, técnica o académica, que aterricé en ese mágico lugar hace pocas semanas, para quedar embelesada con cada parte de su recorrido.
Y si bien gran parte del encanto se debe a la creatividad del Estudio Diller Scofidio Renfro, la iniciativa y empuje comienzan mucho más atrás en el tiempo y se debe a dos personas de perfil más bajo, residentes de la zona.
Se trata de un parque público lineal, propiedad de la ciudad de Nueva York, pero mantenido, operado y gestionado por el grupo "Friends of the High Line" (que recauda el 98% de su presupuesto anual) en asociación con el Depto. de parques y recreación de la ciudad.
Construido en el año 1934 por la Central railroad line de New York, operó hasta los años 80 donde quedó abandonado, pero no fue sino hasta el año 1999 y la fundación del grupo "Friends of the Highline" que presionó para mantenerlo y logró que en el año 2005 , la empresa CSX Transportation, Inc. que eran quienes lo iban a demoler, lo donaran a la ciudad.
Es también, la muestra cabal del impacto de un artículo periodístico del New York Times, allá por el año 1999, del accionar en unos vecinos, de  un trabajo en conjunto enorme conjugando y laudando intereses en varias órbitas, a muy largo plazo. Y el poder de resiliencia, marketing y carácter icónico que estos lugares, blindados a  demoliciones arbitrarias, devuelven a la ciudad que los cuida y preserva.
Esa nota que terminaba con la frase " El High Line deberá ser demolido"  fue leída independientemente por Joshua David y Robert Hammond, quienes se comunicaron con el diario para saber si había alguien haciendo algo al respecto, con el resultado de que a nadie le preocupaba. 
Se conocieron en una asamblea de vecinos citada para tratar el tema, donde eran los únicos que estaban a favor de mantenerlo. Por eso, la comunidad "Friends of the HighLine", surgió precisamente en un contexto donde nadie quería preservarlo.
Se llama a concurso de proyectos y lo ganan  James Corner Field Operations,un estudio de paisajismo, Diller Scofidio + Renfro, and Piet Oudolf, diseñador de plantaciones.
15 años, 3 tramos de 22 cuadras en el aire después, 3 barrios afectados, el lugar es uno de los más visitados por turistas y frecuentados por locales para diversas actividades, sin mencionar la imparable revalorización de sus flancos en general y de los precios inmobiliarios de sus terrenos, donde se construyen obras firmadas por Zaha HadidFrank GehryJean Nouvel, o Neil Denari,  en breve acompañados por Bjarke Ingels 
Ricardo Scofidio recuerda las primeras épocas como una maravilla incoherentemente fluída de interacción con la comunidad porque en el fondo, "nadie creía que pudiera llevarse a cabo tamaño proyecto".
La estética general del lugar vino dada por la inspiración del estado previo del lugar mismo: su estado de abandono permitió el avance agresivo de la naturaleza cubriendo la  estructura y es "casi" lo que contempló el proyecto ganador.
El recorrido es una montaña rusa de visuales, tanto internas como de la ciudad generando sorpresas en cada curva y contracurva, una delicia de paseo del que no querés bajarte.
Otra característica increíble es su proyecto de iluminación nocturna, diseñado por Hervé Descottes, del Observatoire Internacional, (una firma de iluminación que recomiendo visita a su página) que pensaron todo el efecto, con luces Led eficientes en cuanto a consumo, ninguna ubicada más alta que la altura media humana, generalmente rasantes o hacia abajo de forma de no generar brillos o encandilamientos y permitir apreciar la iluminación del entorno también. 
El modelo y éxito se viralizó en ciudades que quisieron replicar en sus espacios urbanos abandonados. Sin embargo se concluye que "No toda infraestructura abandonada permite ese tipo de reconversiones, a veces de hecho sí es mejor su demolición" , "es difícil replicar el fenómeno generado por la confluencia singular de condiciones económicas, arquitectónicas, geográficas o políticas"
Como todo, no sólo es concebirlo o construirlo sino también gestionarlo, y sólo viendo la página web del lugar es admirable la cantidad de opciones, actividades y gente involucrada que requiere para su éxito. Desde clases de yoga, eventos artísticos, "adopte un níspero" , clases de huerta para niños, es interminable la calidad y cantidad de eventos en la programación del parque.
Como decía John Lennon: 
 "Un sueño que soñamos solos es sólo un sueño. Si soñamos  juntos, es una realidad"
Vean fotos de su historia, proceso y actualidad acá

sábado, 19 de diciembre de 2015

Dos escapadas muy neoyorquinas

De Cold Spring, un pequeño pueblo a orillas del Hudson a Lake George, al norte del Estado de Nueva York, cuyo paisaje cautivó al mismísimo Thomas Jefferson

Lake George, en el Estado de Nueva York
Panorámica del Lake George, en el Estado de Nueva York. / STEFANO AMANTINI

Además de la isla de Manhattan, el Estado de Nueva York presume de una posición estratégica que permite al viajero conectar otros destinos atractivos en la costa este de Estados Unidos en pocas horas. Pero más allá de las clásicas excursiones aWashingtonFiladelfia o Boston –recomendables si disponemos de al menos un par de días–, existen otras opciones más cercanas e igualmente atractivas sin salir del estado.

Cold Spring

Esta localidad del condado de Putnam, situada a orillas del río Hudson, es perfecta para una escapada rápida por su fácil acceso en coche o tren, a una hora de la Gran Manzana. A pesar de su pequeña extensión, hay mucho que hacer en Cold Spring, pueblo de tintes históricos fundado en 1667. De sus fundiciones salió la primera locomotora de Estados Unidos a mediados del siglo XIX, para después convertirse en el destino predilecto de pintores y escritores, debido al bello y sosegado entorno que lo rodea.
Bed and breakfast en la Main Street Cold Spring, en el Estado de Nueva York. / RAMIN TALAIE
Los aventureros agradecerán su privilegiada situación –encajonado entre las montaña y el río– para disfrutar de travesías en kayak y rutas de senderismo de escasa dificultad que regalan, por ejemplo, panorámicas de 180 grados sobre el Hudson. Hay que comenzar a caminar en Little Story Point Park, cruzar el puente y coger el camino que sale a la izquierda.
Para los que busquen planes algo más relajados, se puede pasear por Main Street entre edificios de arquitectura del siglo XIX y decenas de tiendas de antigüedades, o reservar en el curioso restaurante Depot: ubicado en una antigua estación de tren, como bien se explica en la carta ronda por el local el fantasma de una mujer que fue asesinada allí mismo.
Cómo llegar: La forma más fácil es en tren. Desde Grand Central, en Manhattan, hasta el mismo centro de Cold Spring en 70 minutos (horarios en la web de MTA).
Dormir: Pig Hill Inn en 73 Main Street, Cold Spring es de lo mas recomendable por su situación y su encanto, muy auténtico.

Lake George

Es la escapada perfecta para los neoyorquinos, ya que aquí pueden desconectar de los grandes rascacielos de oficinas y cientos de taxis amarillos pitando por las grandes avenidas. Pero también es un destino ideal para el turista que visita la ciudad de Nueva York, ya que podrá apreciar la gran brecha cultural de este lugar respecto a Manhattan sin salir del estado.
Ruta en kayal por Lake George, en el Estado de Nueva York. / COLIN ARCHER
Thomas Jefferson describió Lake George como el agua más bonita que el había visto jamás en una carta que mandó a su hija en 1791. Situado al sureste de las montañas Adirondack, esta localidad es, además, un lugar curioso, debido al ambiente un tantokitsch de sus calles, donde se mezclan boleras, como Spare Time (en el 2211 Canada St, al final del pueblo), tiendas, restaurantes y pasajes del terror. Para compensar, se puede tomar algo en Sephard´s Cove, contemplando las idílicas vistas hacia el lago.
Lake George es un destino para no aburrirte si te va la acción. Hay desde rutas de senderismo y bici de montaña a canales y ríos para navegar. También se puede volar en parapente, remar en los excelentes rápidos de sus ríos o algo más calmado como un romántico paseo en barco por el lago mientras disfrutas de fuegos artificiales.
Cómo llegar: a diferencia de Cold Spring, la única forma de llegar a Lake George es en coche. Hay que tomar la Route 87 en dirección norte hasta la salida 24. Al llegar a Albany, la capital del estado, hay que desviarse hacia la I-87, también hacia el norte, hasta tomar alguna de las entre la 18 y la 26.
Dormir: aunque los alojamientos en Lake George son todos muy parecidos, a la entrada hay varios sitios de cabañas muy recomendables por su relación de calidad-precio.
¿Vas a viajar a Nueva York? Pincha aquí

Queens, el nuevo Brooklyn

Del MoMA PS1 al barrio chino de Flushing, recorrido por el distrito de moda en Nueva York

MoMA PS1, en Queens, con el 'skyline' de Manhattan al fondo, en Nueva York
El edificio del MoMA PS1, en Queens, con el 'skyline' de Manhattan al fondo, en Nueva York. / ELK STUDIOS

Queens es el mayor de los cinco distritos de Nueva York en tamaño y población, y podría ser una ciudad por sí misma. Pese a crecer a la sombra de Manhattan, es genuinamente neoyorquina: un mosaico de comunidades que invita a comer en las tiendas étnicas de Astoria, a ver arte contemporáneo en Long Island City -como en el MoMA PS1, que puso a esta zona en el mapa de la vanguardia de la ciudad-, devorar bollos de cerdo al vapor en Flushing o practicar surf en Rockaway Beach.
En Queens viven griegos, colombianos, ecuatorianos, brasileños o egipcios. Hay de todo y cada comunidad pone su granito de arena para ofrecer una vuelta al mundo sin salir del barrio. En Flushing, por ejemplo, encontremos un abarrotado Chinatown; en Jackson Heights una exótica Little India y en Astoria una pequeña ciudad griega.

Inspiración en el PS1

Vestíbulo del MoMA PS1, la sede satélite del Museo de Arte Moderno en Queens, en Nueva York. / MARTIN SECK
El hermano pequeño, y más moderno, del Museum of Modern Art (MoMA) está ubicado al otro lado del East River y es una visita imprescindible para quienes deciden dedicar uno o varios días al barrio de Queens. En elMoMA PS1 solo hay arte de vanguardia: pintura, escultura e instalaciones realizadas especialmente para este museo en el que nada es predecible.
El PS1 existe desde la década de los 70. Era la época de la Dia Art Foundation, elArtists’ Space y el New Museum, espacios de nueva generación que mostraban el arte experimental y multimedia que prosperaba en la ciudad. En 1976, Alanna Heiss, firme defensora del arte en lugares alternativos, se hizo con el edificio de un colegio abandonado en Queens e invitó a artistas como Richard Serra, James Turrell y Keith Sonnier a que creasen obras para exponerlas. El resultado fue la muestra inaugural del PS1, Rooms.
Hoy, además de las exposiciones, hay conferencias, actuaciones y fiestas veraniegas todos los sábados por la tarde: el PS1 organiza las actividades musicales y culturales más increíbles de la ciudad. En estos eventos Warm Up tanto bohemios como adictos a la electrónica desbordan el patio del museo para comer, beber y disfrutar de bandas, música experimental y sesiones de DJ. Otro capricho cultural son las Sunday Sessions, todos los domingos de septiembre a mayo. Hay charlas, proyecciones fílmicas, conciertos y proyectos arquitectónicos, pasando por comedia experimental, jams de ruido postindustrial y baile latino art-house.

Más arte contemporáneo

Visitantes en el Hall of Science de Flushing Meadows, en Queens (Nueva York). / RICHARD LEVINE
Muy cerca del MoMA PS1 se encuentra otra joya para los aficionados al arte moderno que suele pasar más desapercibida, el Fisher Landau Center for Arts, en el que se puede disfrutar de obras contemporáneas sin multitudes. Su colección permanente de pintura, fotografía e instalaciones abarca desde la década de 1960 hasta la actualidad y ocupa una antigua fábrica de arneses de paracaídas en Long Island City.
Otro rincón interesante es el Noguchi Museum, instalado en una antigua planta de fotograbado al otro lado de la calle donde tiene su estudio el escultor, diseñador de muebles y paisajista Isamu Noguchi. Tanto las obras como el edificio, de gran sensibilidad zen, son obra del artista japo-americano. Sus esculturas de piedra abstractas, dispuestas en simples galerías de ladrillo y hormigón, y un jardín de roca exterior son una especie de meditación sobre la lucha entre naturaleza y mundo artificial.
Puestos a ver arte, conviene escaparse a un antiguo almacén de trolebuses ubicado en un callejón sin salida, convertido ahora en el Sculpture Center. Con su aire de hangar y un sótano enorme, es el espacio perfecto para las exposiciones temporales de creadores emergentes y veteranos. Hay de todo: desde instalaciones específicas hasta videoarte.
Al aire libre, se pueden ver más esculturas en elSocrates Sculpture Park, un espacio abierto de 18.000 metros cuadrados junto al East River, repleto de curiosas esculturas. Lo mejor es coincidir con las actividades gratis: yoga y taichi los fines de semana de mediados de mayo a finales de septiembre y pases de películas los miércoles de principios de junio a finales de agosto.

Relax de diseño

Tumbonas de diseño frente a los rascacielos de Manhattan en el Gantry Plaza State Park, en Queens (Nueva York). / BARRY WINIKER
Un parque de diseño y 4,8 hectáreas con vistas ininterrumpidas de los edificios de Manhattan (aparece en la película La intérprete, protagonizada por Sean Penn y Nicole Kidman), cuatro muelles y tumbonas públicas para disfrutar y relajarse con las vistas del skyline. Los arqueados pórticos del Gantry Plaza State Park, ahora restaurados, son testimonio del pasado de la zona como muelle de carga. El gigantesco anuncio de Pepsi-Cola, original de 1936, en el extremo norte del parque, remataba en tiempos una planta de embotellado cercana, ya demolida.

Cine y televisión en Astoria

Entrada al Museum of the Moving Image, en el barrio de Astoria, en Queens (Nueva York). / RUDY SULGAN
Para revivir grandes momentos del cine y la televisión, el Museum of the Moving Image, recientemente modernizado, hace un homenaje a la pequeña y a la gran pantalla. Es uno de los mejores museos de cine, televisión y vídeo del mundo. Sus galerías vanguardistas exhiben una colección con más de 130.000 piezas de atrezo, entre ellas, la peluca que llevaba Elizabeth Taylor en Cleopatrao la escalofriante muñeca usada en El exorcista.
El estudio de grabación, con nuevos doblajes de escenas míticas de El Mago de Oz, merece una visita y el museo cuenta con numerosas y alucinantes antiguallas entre televisores, cámaras y máquinas recreativas. Las exposiciones temporales suelen ser fantásticas, al igual que las proyecciones.

La playa de Nueva York

Relax en el paseo marítimo de Rockaway Beach, en Queens (Nueva York). / SPENCER PLATT
Inmortalizada en 1977 en una canción de los Ramones, cuyos integrantes eran vecinos de Forest Hills, barrio del centro de Queens, Rockaway Beach es la mayor playa urbana de Estados Unidos y la mejor de Nueva York. Accesible por la línea A del metro, durante los fines de semana estivales también se puede llegar en ferri desde Lower Manhattan (90 minutos de recorrido). Menos frecuentada que Coney Island, este paraje natural es famoso por su belleza y por sus condiciones para el surf. Se está convirtiendo, poco a poco, en el refugio veraniego de bohemios y artistas, repleto de restaurantes de productos locales. Por ejemplo, Tacoway Beach, en el Rockaway Beach Surf Club, nuevo emplazamiento del conocido chiringuito Rockaway Taco y sus míticos tacos de pescado con guacamole, o las pizzas del emblemático Roberta’s Brooklyn.
Pese a todo, sigue siendo un paraíso natural alejado del caos urbano con parajes como el Jacob Riis Park, en el extremo sur de Rockaway, que debe su nombre a un fotógrafo y activista de los derechos de los inmigrantes de finales del siglo XIX. También alberga el Fort Tilden, un bastión costero de artillería fuera de servicio de la I Guerra Mundial.

Observar aves en Jamaica Bay

Un pájaro sobrevuela los humedales de la reserva natural de Jamaica Bay, en Nueva York. / MELANIE STETSON FREEMAN
Desde los alrededores del aeropuerto JFK se extiende el pantanoso salarJamaica Bay Wildlife Refuge, uno de los humedales más importantes de la costa este de Estados Unidos, hábitat de aves migratorias. En primavera y otoño más de 325 especies de aves paran a descansar y alimentarse de toda clase de criaturas de agua salobre, como almejas, tortugas, camarones y ostras.
Los aficionados a las aves y los naturalistas se acercan a las marismas del este y oeste, donde se observa más movimiento. A pesar de que la charca del oeste quedó dañada por el huracán Sandy, aún se puede bordear la más oriental, de 2,4 kilómetros. Hay que llevar zapatos resistentes al barro, repelente para insectos, protector solar y agua, e ir con cuidado de no tocar la hiedra venenosa.

Nueva York en miniatura

Maqueta del 'Panorama of the City of New York', realizada en 1964, en el Queens Museum. / GETTY
Recientemente ampliado, el Queens Museum es una de las sorpresas más inesperadas de la ciudad, especialmente por el Panorama of New York City, una reproducción en miniatura de la megalópolis de 872 metros cuadrados. La maqueta, que cuenta con 895.000 edificios, cambia su iluminación cada 15 minutos para simular el paso del día. El museo tiene otras muchas exposiciones de arte moderno, desde fotografía contemporánea hasta instalaciones artísticas. El centro ocupa un edificio histórico construido para la Exposición Universal de 1939 que llegó a ser sede de la ONU y cuenta con una sección dedicada a esta cita histórica y la celebrada en 1964.

En casa de Louis Armstrong

El trompetista Louis Armstrong en su casa de Corona Heights, en Queens, en diciembre de 1970. /BETTMANN
En la cima de su carrera y con el mundo a sus pies, Louis Armstrong eligió Queens como residencia. El trompetista pasó los últimos 28 años de su vida en una tranquila casa de Corona Heights (34-56 107th St), ahora convertida en museo y tesoro nacional; falleció aquí en 1971.
Satchmo (como se conocía al cantante) vivió en esta vivienda con su cuarta mujer, Lucille Wilson, bailarina del mítico Cotton Club. El circuito guiado (gratuito y de 40 minutos de duración) muestra al visitante su feliz vida juntos, con anécdotas divertidas y un puñado de grabaciones caseras. En la guarida de Armstrong, de la que el instrumentista se sentía muy orgulloso, cuelga un retrato suyo pintado por Benedetto (alias de Tony Bennett).

Delicias callejeras en Roosevelt Avenue

Cocina tailandesa en el restaurante Zabb Elee, en Roosevelt Avenue, en Queens. / ANN HERMES
¿Sopa de mariscos? ¿Spanakópita? ¿Gai kua? Si existe, seguro que está en Queens. Además de los restaurantes de producto local Long Island City, todo foodie que pise Queens debe adentrarse en la diversidad gastro de Astoria; hay de todo, desde cocina griega hasta bollería casera. Los locales más concurridos están en la 30th Avenue, Broadway (entre las calles 31y 35) y la 31st Ave. A Steinway Ave, entre Astoria Blvd y la 30th Ave, se la conoce como el pequeño Cairo. Más al este, en Roosevelt Ave, hay que lanzarse a por la comida latina que ofrecen las camionetas ambulantes, y al final de la línea 7 de metro se encuentra Flushing, el Chinatown sin turistas de Nueva York.
Si hay ganas de callejear, pocos lugares más propicios hay que Roosvelt Ave, con sus camionetas ambulantes de comida latina, carritos y puestos abiertos de madrugada. En un paseo desde la 90th St hasta la 103rd St podremos beber champurrados (atole a base de chocolate y maíz), probar una cemita (sándwich mexicano) y dejar hueco para un guiso de pescado ecuatoriano. Es barato, auténtico y típico de Queens. Y en el cruce con Benham St se halla la legendaria camioneta de comida Tía Julia, célebre por sus cemitas, y unos pasos más al este por Roosevelt Ave hay un puesto de comida, El Coyote Dormilón, que se dedica a amasar tortillas sin descanso.
De Roosevelt Ave a Warren St también encontraremos una hilera de enormes camionetas con comida, como la brillante Hornado Ecuatoriano, o El Guayaquileño, famoso por su guiso de pescado a base de yuca, atún, cilantro, cebolla, limón, comino y choclo tostado.
Si el viajero nunca ha probado esta comida o simplemente es un sibarita que adora la cocina, es muy recomendable el Queens Midnight Street Crawl, un circuito de noche por lo mejorcito de los puestos callejeros de la zona, a manos del bloguero culinario Jeff Orlick.

Como locales en Queens

Cafetería Queens Kickshaw, en la zona de Astoria.
Hay otras muchas experiencias esperándonos típicamente de Queens, como tomarnos unas cervezas en el Astoria Bier & Cheesemientras los modernos piden café de origen único en el Queens Kickshaw y escuchan música indie en mesas comunitarias entre una clientela enganchada al Mac.
En Flushing, el sótano del Golden Shopping Mall tiene una zona de restauración con fabulosos platos de comida callejera, como los bollos rellenos de cordero, y para los amantes del picante están las abrasadoras especialidades chinas del Hunan Kitchen of Grand Sichuan o el Fu Run, un restaurante de culto por su extraordinaria cocina del noreste de China.
Si nos pasamos de la raya, podemos apaciguar el organismo en un spa. El New York Castle es el sitio perfecto para empaparse y dejarse mimar. Estos baños coreanos de 9.300 metros cuadrados, un enorme universo acuático, se convierten en un paraíso de burbujas, masaje y piscinas, saunas medicinales de vapor y cataratas en pleno Queens.
Más información en www.lonelyplanet.es y en la guía Lonely Planet de Nueva York

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El esplendor de New York

Cuando pensamos en Nueva York lo primero que aparece en nuestra mente son los rascacielos de Manhattan, la isla situada en la desembocadura del río Hudson y que es solo uno de los cinco distritos en los que está dividida la ciudad. Sin embargo es el más famoso, el más visitado y para muchos también el más espectacular con edificios como el nuevo Liberty Tower, el Empire State, el Rockefeller Center, el edificio Chrysler, Broadway, Wall Street o el precioso Central Park...toda una experiencia.