New York Ultimate: abril 2016

viernes, 29 de abril de 2016

Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York


Pasear por el puente Brooklyn y dar un recorrido por los otros distritos que conforman Nueva York como Manhattan, El Bronx, Queens y Staten Island. Todos estos destinos mezclan una bella arquitectura e impresionantes áreas verdes. (Foto:Shutterstock.Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York


Conocer en detalle el Central Park: Puedes hacer picnics y realizar largas caminatas.(Foto:Shutterstock.com)Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Vivir la aventura en la rueda de la fortuna de Coney Island. No puedes dejar de subirte a la Wonder Wheel y disfrutar de las atracciones del parque Astroland. (Foto:Christian Mueller / Shutterstock.com
Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Disfrutar de la increíble vista del Brooklyn Bridge Park. Cuenta con una vista espectacular sobre Manhattan y además sus campos permiten realizar actividades como correr o pasear en bicicleta. (Foto:Shutterstock.com)Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Tener una gran vista desde el mirador del Comcast Building:Desde aquí se puede tener la mejor vista panorámica de la ciudad de Nueva York. Puedes observar en detalle el impresionante edificio Empire State. (Foto: rockcenternyc / Instagram)Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Descubrir cada uno de los rincones de Grand Central Terminal: Es considerada una de las estaciones de trenes más grandes del mundo. Ha sido escenario de un centenar de películas de Hollywood. Puedes disfrutar de su increíble arquitectura y del gran reloj que se encuentra en su interior. (Foto: Vlad G / Shutterstock.com)Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Pasear por el Jardín Botánico de Brooklyn: A solo 20 minutos de Manhattan, este jardín botánico es muy visitado por los turistas amantes de la naturaleza. Con 21 hectáreas alberga 200 árboles de cerezos de 42 especies asiáticas. Puedes tomarte fotos junto a su pequeña cascada o visitar su invernadero.(Foto:Shutterstock.com)
Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Asistir a un concierto en el Madison Square Garden.Los eventos musicales y deportivos más grandes se celebran aquí. Con un poco de inversión puedes sacar de tu agenda esta experiencia única. (Foto: littleny / Shutterstock.com)
Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York
Visita sus museos más importantes: El Museo de Arte Moderno, el 9/11 Memorial y Museo de Arte Judío son algunos de los que puedes recorrer. Si deseas ahorrar, estos centros tienen fechas de ingreso gratuito.(Foto:alexpro9500 / Shutterstock.com)Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Navegar alrededor de la Estatua de la Libertad.Para sentirte más cerca de la Estatua de Libertad debes subirte al ferry de Stalen Island. Su recorrido es gratuito y se realizada cada 25 minutos. (Foto:Christopher Penler / Shutterstock.com)
Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Sacar las mejores fotos en Times Square. Guarda el mejor recuerdo de este lugar mítico de Nueva York.Carteles, edificios, colores y movida lo hacen el sitio turístico más visitado del mundo. (Foto: Javen / Shutterstock.com)
Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York


Mirar una obra de teatro en Broadway:Si eres un amante del teatro, hay opciones en Broadway Week y Off-Broadway Week donde podrás gozar de maravillosos shows donde las entradas se ofrecen a 2x1. (Foto: thetonyawards / Instagram)

Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York
Ser parte de un show de televisión: Saturday Night Live o Late Night with Seth Meyers son algunos de los programas que puedes asistir a sus grabaciones y ensayos. Solo debes hacer una reserva vía Internet.(Foto: nbcsnl / Instagram)
Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York

Visitar Chinatown / Little Italy: El barrio Chino e Italiano son dos también dos lugares básicos para recorrer y empaparte con la cultura de estos dos países. Puedes disfrutar de la comida, sus costumbres y las construcciones. (Foto:Sean Pavone / Shutterstock.com)

Las 17 actividades que sí o sí debes realizar en Nueva York







Nueva York es la peor ciudad para los inquilinos en 2016

Si piensas mudarte a la zona más elegante de Nueva York, esto te interesa: La renta promedio en la zona es de 4,364 dólares mensuales, que representa 67% del salario anual promedio pagado en la isla.

Manhattan, Nueva York. (Foto: Staff.)
Por Erin Carlyle
En la ciudad de Nueva York, el auge de la construcción de lujo se ha desacelerado abruptamente, y los desarrolladores recortan el tamaño de las unidades para hacerlas más asequibles. Por desgracia, los dueños no han seguido su ejemplo y no han reducido el costo de las rentas. En el último trimestre de 2015, los residentes de Manhattan pagaron una mediana de 4,374 dólares, la más alta en Estados Unidos, de acuerdo con Marcus & Millichap. Eso significa que los locales tenían que pagar el 67% del ingreso familiar promedio del área (78,312 dólares anuales) para vivir en su isla amada. ¡Ouch!
El único punto luminoso en el mercado inmobiliario de Manhattan es que los precios se han estabilizado: Las rentas crecieron sólo 5.6% de año a año. Ése no es el caso en Oakland, donde la mediana del alquiler (1,998 dólares en el cuarto trimestre de 2015) es de sólo la mitad de la ciudad de Nueva York, pero crece a un vertiginoso 10.2% anual. (Sólo en Portland, Oregon, las rentas suben más rápido, a un 13.2%.) Gracias a estas desafortunadas realidades financieras, Manhattan se ubica en el lugar número 1 en la lista de peores ciudades para los inquilinos, seguida de Oakland en el número 2. El Área de la Bahía y Silicon Valley-San Francisco (3) y San José (4), en California, se llevan los siguientes puestos.
Aunque llamamos a estos lugares las peores ciudades para los inquilinos –y lo son en términos puramente financieros– eso no quiere decir que sea tonto mudarse ahí para trabajar o vivir. De hecho, puede haber una buena razón para hacerlo, sobre todo cuando inicias tu carrera. “La razón por la que algunos de los principales mercados –como el área de la bahía o Nueva York– pueden subir sus rentas se debe a que la población adulta joven quiere estar cerca de las fuentes de trabajo”, dice Hessam Nadji, CEO de Marcus & Millichap, una firma de datos inmobiliarios con sede en Calabasas, California. “Están dispuestos a hacer muchos sacrificios debido a sus preferencias de estilo de vida y su deseo de mantener la flexibilidad.”

Detrás de los números
Para encontrar los lugares donde a los arrendatarios les va mejor y peor, comenzamos con las 50 grandes Áreas Estadísticas Metropolitanas (MSA) y Divisiones Metropolitanas (MDS) que son las ciudades y sus suburbios circundantes, de Estados Unidos, tal como han sido definidas por la Oficina de Administración y Presupuesto. Para las grandes áreas metropolitanas con una gran cantidad de variedad en la vivienda, nos enfocamos en pequeños submercados.
Usando datos de Marcus & Millichap (gracias a Nadji y a la directora del proyecto Gina Relva y a su equipo de investigación), clasificamos las áreas en cuatro criterios: 1) renta medio durante el 4T de 2015; 2) tasas de viviendas vacantes, ya que más unidades disponibles dan a los inquilinos mayor posibilidades de elección y, presumiblemente, mejores precios; 3) promedio del ingreso familiar gastado en el alquiler; y 4) el cambio anual en las rentas. La mitad de la puntuación total de cada área corresponde simplemente al costo en dólares de una renta, los otros tres factores constituyen la otra mitad. Un alquiler significa el costo mensual de rentar un departamento. Nuestra lista también incluye un desglose de la brecha de asequibilidad, que hace referencia a la forma en que la hipoteca media se compara con la renta media, a pesar de que no fue un factor en nuestro ranking.
Las rentas exorbitantes del área de la bahía son, por suerte para algunos, compensadas por los altos salarios gracias al boom de la tecnología de la zona. Para pagar la renta los locales gastan  una mediana de 2988, los residentes de San Francisco desembolsar el 37% de la renta mediana $ 97,573 local; residentes de Silicon Valley gastan el 29% de los ingresos locales, 102,486 dólares anuales, para pagar el alquiler mensual promedio (2,474 dólares); y los residentes de Oakland gastan sólo 1,998 dólares, sin embargo, eso representa 29% del salario promedio local, de 82,371 anuales. Sorprendentemente, dentro de Oakland y Silicon Valley, los residentes pueden rentar y gastar en vivienda menos del 30% de su ingreso recomendado por los gurús de las finanzas personales, al menos si ganan el ingreso promedio del área. Obviamente, muchas personas ganan menos.
Otras ciudades en las que es difícil ser inquilino incluyen Los Ángeles (5), donde la renta promedio de 1,892 dólares representa alrededor de 39% de los ingresos locales de la zona, de 58,023 dólares anuales, y Boston (6), donde los residentes pagan una mediana de 1,856 dólares, aproximadamente 28% de los 79,520 de ingreso promedio del área. Las rentas han aumentado un 6.1% anual en Los Ángeles y 5.8% en Boston. En San Diego (7), la mediana de la renta es de 1,668, y representa una participación de 29% del promedio del área (69,427 dólares), y las rentas han aumentado 7.9% año tras año.
Esto contrasta con el crecimiento de 4.4% anual en los precios en Indianápolis, o el 2.6% en Louisville, Kentucky. La renta promedio en Indianápolis es de 768 dólares, las segundas más bajas del país, y de apenas 779 dólares en Louisville, la más baja entre las áreas metropolitanas del país. Gracias en parte a rentas así, Indianápolis se lleva el puesto número 1 en nuestra lista de mejores ciudades para inquilinos mientras que Louisville se adueña del número 2.
La diferencia entre estas ciudades y Manhattan o el área de la bahía es la demanda comparada con la oferta, por supuesto, lo que se refleja en las tasas de desocupación. En Indianápolis, la tasa de vacantes es de 6.9%, mientras que en Louisville es de 4.4%; una cifra superior a 5% se considera ventajosa para los inquilinos. Cuando las tasas de desocupación son apretadas, como en Manhattan (1,8%), Oakland (2.8%), Los Ángeles (3%) o Boston (2.8%), los dueños tienen la sartén por el mango.
Hay al menos una buena noticia para los inquilinos: Aún es más barato rentar que comprar en todas las ciudades en los primeros sitios de nuestra lista de peores ciudades para los inquilinos, en algunos casos, por una gran cantidad. El pago mensual de la hipoteca media en Manhattan durante el 4T de 2015 fue de 9,538 dólares, más del doble de la renta mensual promedio de 4,374.
Éstas son las peores ciudades para rentar en Estados Unidos:
(Ciudad – renta promedio – porcentaje del salario)
  1. Manhattan, Nueva York – 4,374 – 67%
  2. Oakland, California – 1,988 – 29%
  3. San Francisco, California – 2,988 – 37%
  4. San José, California – 2,474 – 29%
  5. Los Ángeles, California – 1,892 – 39%
  6. Boston, Massachusetts – 1,856 – 28%
  7. San Diego, California – 1,668 – 29%
  8. Northern New Jersey – 1,966 – 32%
  9. Fort Lauderdale, Florida – 1,427 – 31%
  10. Palm Beach, Florida – 1,437 – 31%


Éstas son las mejores ciudades para rentar en Estados Unidos:
(Ciudad – renta promedio – porcentaje del salario)
  1. Indianapolis, Indianapolis – 786 – 17%
  2. Louisville, Kentucky – 779 – 18%
  3. Columbus, Ohio – 822 – 17%
  4. Cincinnati, Ohio – 837 – 18%
  5. St. Louis, Missouri – 845 – 17%
  6. Kansas City, Kansas – 843 – 17%
  7. Las Vegs, Nevada – 828 – 18%
  8. Cleveland, Ohio – 838 – 20%
  9. San Antonio, Texas – 895 – 20%
  10. Phoenix, Arizona – 880 – 19%




martes, 26 de abril de 2016

'Beetlejuice': Abren un bar en Nueva York ambientado en la película de Tim Burton

¿Imaginas tomar un cocktail rodeado/a del ambiente del clásico filme? ¡Esperamos que no haya nada desagradable!



El mundo de Beetlejuice quizás no sea el más apropiado para sentarse tranquilamente a tomar una cerveza o un café, pero nadie puede negar que es un universo muy original. Si siempre quisiste acercarte al no mundo que creó Tim Burton y te encuentras en Nueva York -o vas a viajar próximamente- puedes acudir a Beetle House.

Según explican en la página web del local, la bebida y la comida homenajearán la película protagonizada por Michael Keaton, pero también otros títulos de la filmografía de Burton, como Mars Attacks con un cocktail llamado We Come in Peace o Sweeney Todd con un combinado llamado Fleet Street martini. No es el primer bar temático que abren los propietarios de Beetle House. El pasado mes de octubre se inauguró un local dedicado a Will Ferrell. 

Si quieres hacerte una idea de cómo serán las bebidas que podrás tomar en el bar, el cual abrirá sus puertas a finales de abril, no te pierdas las imágenes que han compartido en su cuenta de Instagram.

Compran el edificio Sony de Nueva York por 1.400 millones





En el año 2013, en pleno boom inmobiliario en Estados Unidos, los inversores Joseph Chetrit y David Bistricer compraron el Edificio Sony en Nueva York, situado en el 550 de Madison Avenue, con la intención de convertirlo en un bloque de apartamentos de lujo. Cuando salieron a la venta, incluían un triplex de ocho dormitorios por el que se pedían 150 millones y se convirtió en el más caro de toda la ciudad. Pero su proyecto no les ha salido todo lo bien que pensaban debido a la fuerte competencia inmobiliaria, por lo que, según recoge Bloomberg, han decidido venderlo a un consorcio liderado por el grupo de inversión saudí Olayan.
La firma compradora pagará por el edificio, que tiene un total de 37 plantas, 1.400 millones de dólares. Esta cantidad supera en 300 millones de dólares lo que se embolsó Sony cuando lo vendió a Chetrit y Bistricer. El nuevo propietario del edificio, que está en la actualidad medio vacío, pretende devolverlo, salvo los apartamentos vendidos, a su función original: oficinas. Un uso más acorde con su ubicación, encerrado entre otras torres de similar altura entre las calles 55 y la 56, lo que le resta vistas y ha dificultado la venta de los apartamentos por el precio que pedían sus propietarios. Además, la constructora tenía que competir con las viviendas de lujo a la venta situadas en otros rascacielos con muchas mejores vistas de la ciudad, e incluso de Central Park.
A pesar de vender el edificio en 2013, Sony, su propietaria original, no ha abandonado el edificio en el que tenía sus oficinas centrales de Estados Unidos hasta hace poco, ha seguido pagando la renta del mismo a Chetrit hasta la semana pasada. Por tanto, todo está listo ya para que los nuevos propietarios tomen posesión del edificio, pero se desconoce cómo será su futuro, puesto que la compra se produce justo cuando en Nueva York se prevee un gran aumento de oficinas de gran tamaño vacías a corto plazo.
Foto: Martin Dürrschnabel

Este será el próximo rascacielos más lujoso de Nueva York

Dos torres en iDoDos torres en inclinación y unidas por un pasillo convertido en una

El próximo edificio lleno de lujos, que será bautizado como el American Copper Buildings, está localizado en la Primera Avenida número 629, y se espera que se inaugure en 2017.
Diseñada por el estudio bySHoP Arquitectos y desarrollada por el Grupo de Desarrollo JDS, el complejo, compuesto de dos torres en inclinación de 40 y 49 pisos, tendrá como gran referente un puente que los unirá.
Así, a 90 metros del suelo, dicha estructura conectará las dos torres entre los pisos 29 y 27 por una piscina de 22 metros de largo, una bañera con hidromasaje y hasta un salón con una mesa de billar.
Para quienes no sufran de vértigo, en el complejo se está construyendo una piscina en el último piso de las torres y dará una hermosa vista que apuntará al puerto de Nueva York, en una estructura con varias terrazas, que será muy parecida a la renombrada piscina del Marina Bay Sands de Singapur.

Los edificios tendrán 761 departamentos, mismos que serán destinados para alquiler. No obstante, el mismo grupo JDS no ha revelado el precio de las estancias.cina a 90 metros del suelo será el próximo referente del lujos torres en inclinación y unidas por un pasillo convertido en una piscina a 90 metros del suelo será el próximo referente del lujonclinación y unidaDos torres en inclinación y unidas por un pasillo convertido en una piscina a 90 metros del suelo será el próximo referente del lujos por un pasillo convertido en una piscina a90 metros del suelo será el próximo referente del lujo

domingo, 24 de abril de 2016

Así fue como Nueva York sustituyó a París como capital mundial del arte

Pollock
El mural que pintó Pollock para Peggy Guggenheim, en el museo Picasso de Málaga.




EN  mayo de 1940 París era ocupada por las fuerzas nazis, un hecho que generó lógica preocupación entre todos los que en el mundo deseaban que Hitler perdiera la segunda Guerra Mundial. Aparte de todas las implicaciones sociales, políticas y humanitarias que ustedes pueden imaginar, había otra estrictamente cultural:la capital francesa llevaba décadas siendo el centro mundial de la creación artística. En el imaginario colectivo estaban los tiempos de la belle époque y los pintores impresionistas y postimpresionistas. Y muchas de las primeras vanguardias del siglo XX -como el cubismo o el surrealismo- habían surgido o se habían desarrollado allí. Pero ahora, con París en manos de la barbarie nazi, quedaba vacante el puesto de epicentro de las artes. Y Nueva York se estaba preparando para asumirlo.
Muchos de los artistas e intelectuales de nuestro continente, en especial los que residían en París, tuvieron que emigrar ante el peligro nazi.Conviene recordar que Hitler y los suyos no eran grandes fans de los nuevos modos de expresión, para los que inventaron un término tan poco cariñoso como “arte degenerado” (mientras planeaban cómo apropiarse de las colecciones artísticas de las familias judías acomodadas, claro). Entre quienes embarcaron para Nueva York dada la coyuntura se encontraban surrealistas como André Breton, Max Ernst o André Masson, que estaban en el apogeo de sus carreras y que eran muy admirados por los artistas norteamericanos más inquietos del momento.
Alguien que recibió con los brazos abiertos a los artistas parisinos emigrados fue Peggy Guggenheim, una de las mujeres más ricas y excéntricas de la ciudad. Tan abiertos tenía los brazos que se casó con Max Ernst. No hay que engañarse: a pesar de sus enloquecidos looks, de las originales gafas de sol por las que su imagen se ha hecho famosa y de que –por qué no decirlo- los propios artistas a los que amadrinaba tendían a pitorrearse un pelín de ella, era una mujer muy lista y muy decidida. Y había tomado lecciones de los mejores: Marcel Duchamp, el genio de la vanguardia del siglo XX (con permiso de Picasso) había sido su gurú, enseñándole entre otras cosas a diferenciar el surrealismo de la abstracción. Después de haber sido galerista por afición en Londres, la señora Guggenheim abrió en 1942 “Art of this Century”, una nueva galería en pleno Manhattan. Y desde allí se dedicó a dar difusión a sus amiguitos modernos, en exposiciones que poca gente comprendía pero que a ella la ubicaban en la cresta de la ola.
En paralelo a todo esto ocurrían en los Estados Unidos varias cosas. Una de ellas era una especie de lucha de facciones intelectuales, entre los que eran partidarios de generar un nuevo tipo de arte exclusivamente norteamericano (aislacionistas) y los que incidían en la necesidad de adoptar los modos que estaban trayendo los artistas europeos de vanguardia (internacionalistas). Se publicaban en las revistas especializadas furibundos ataques y defensas a esos artistas europeos, y a sus colegas americanos que no demostraban mucha personalidad propia al imitar claramente el estilo de aquéllos.
Por otro lado, los responsables políticos del país se daban cuenta de que, como propaganda de su nuevo papel de paladín contra el fascismo europeo, a los Estados Unidos le convenía también asumir el de defensor del arte contemporáneo. Y a eso se dedicaron instituciones como el MoMA, o iniciativas como la “Buy American Art Week”, organizada por el gobierno estadounidense para estimular la venta de arte producido dentro de sus fronteras. El coleccionismo privado se reactivó, el ojo de las clases medias se educó en las nuevas corrientes, e incluso comenzó a venderse arte en los grandes almacenes con toda naturalidad. Todo ello para disgusto de un señor llamado Clement Greenberg, crítico de arte al que sus ideas izquierdistas no le impedían opinar que había que separar claramente arte de “kitsch”, y que las masas no estaban preparadas para apreciar las nuevas vanguardias. Y que los surrealistas eran unos anacrónicos, la figuración cosa del pasado, y Mondrian y su abstracción geométrica, lo más.
Y entonces entro en escena Jackson Pollock. Originario de una familia de grajeros de Wyoming, Pollock se había mudado a Nueva York para ser artista, y allí había recibido el influjo de los surrealistas. De hecho, sus primeros cuadros, más bien figurativos, estaban claramente dentro de esta onda: recordaban a Ernst, Picasso o los muralistas mexicanos. Y de André Masson (quizá el surrealista más abstracto) había adoptado la técnica de pintar de manera rápida e impulsiva, lo que en realidad estaba más cerca de la escritura automática que pregonaba el pope surrealista André Breton que los minuciosos lienzos de Dalí, por ejemplo. El caso es que Peggy Guggenheim se fijó en el trabajo del joven Pollock y expuso su obra en la nueva galería. Y además le hizo un encargo en verano de 1943: quería un enorme mural para decorar su apartamento de Nueva York, una obra que por sus dimensiones y su modernidad radical asombrara a todos sus invitados en la gran fiesta de inauguración que pensaba dar el siguiente enero.
En fin, medio año es bastante tiempo para pintar un cuadro, incluso para para un artista meticuloso (dejando aparte a nuestro Antonio López). Pero sucede que, un día antes de que terminara el plazo, el procastinador de Pollock estaba todavía en su estudio, mirando el gigantesco lienzo en blanco como la vaca al tren. Y no nos pregunten por qué, pero en un momento dado de aquel mismo día le vino de pronto la inspiración, y a primera hora de la mañana siguiente tenía listo un cuadro que, al parecer, se basaba en la idea de una estampida de animales. ¡Un mural de quince metros cuadrados en menos de un día! ¿Qué cómo se las arregló Pollock para semejante proeza? Pues desarrollando al máximo las técnicas que había estado ensayando en los últimos tiempos, realizando una obra abstracta y sin tema (aparente) alguno, íntegramente a base de brochazos impulsivos, borrones y salpicaduras, en un proceso que era pura acción (action painting, lo llamarían) y que después se ha convertido en el tópico más difundido sobre cómo pinta un artista contemporáneo. Ya saben, todo como muy violento, muy impulsivo y muy romántico. Como una posesión, vamos.
Y ocurrió el milagro. Pollock se convirtió el mesías en el que cada cual vio justamente lo que estaba esperando. Los internacionalistas, a la perfecta derivación nacional de la vanguardia importada de Europa. Los aislacionalistas, al nuevo artista americano por excelencia. Clement Greenberg al rabioso presente y la promesa de futuro de la pintura. Y todos, el motivo perfecto para afirmar que sí, que los Estados Unidos estaban al fin preparados para robar la idea del arte moderno (como escribió el historiador del arte Sergue Guibault en un libro memorable) a París.
Peggy Guggenheim y Jackson Pollock, delante del mural que pintó el artista para ella.
El estilo de Pollock fue calificado como expresionismo abstracto, etiqueta que se amplió a otros creadores americanos de la época como Rothko, Motherwell o de Kooning. La crítica americana los recibió a todos con aplausos, y las instituciones se apresuraron a apoyarlos. Finalizada la guerra, y con la paranoia anticomunista como nueva prioridad, el tinte nacionalista y apolítico aún se reforzó, a lo que contribuyó desde su tribuna gente como el propio Greenberg: no es casual que ni él ni otros representantes del mundo del arte apoyaran a sus compañeros del cine, incluidos en listas negras por iniciativa del Comité de Actividades Antiamericanas. Y ocurrió que, durante las siguientes dos décadas, la abstracción informalista se convertiría en la forma casi única de vanguardia oficial en todo Occidente, una vanguardia que por primera vez había sido irradiada desde los Estados Unidos. La tendencia sólo empezaría a cambiar con la llegada del pop art. Que de alguna manera suponía una vuelta a algunas de las propuestas del surrealismo y el dadaísmo, y que por tanto a Greenberg le parecía un auténtico horror. Pero esa ya es otra historia.
En fin, todo esto –que no se nos olvide- viene al hilo de la exposición“Mural. Jackson Pollock. La energía hecha visible”, que acaba de inaugurarse en el Museo Picasso de Málaga y que ya están tardando en visitar. Porque, entre otras obras de la época, nos trae nada menos que el mítico mural que Pollock pintó por encargo de Peggy Guggenheim. Un cuadro abstracto de seis por dos metros y medio que cambió el rumbo de la vanguardia artística mundial.
Y que tuvo mucho que ver en que, aún hoy en día, cuando un joven artista decide triunfar en la escena artística mundial (¡criatura!), sea a Nueva York y no a París donde gire sus ojos.

Nueva York: de teléfonos públicos a puntos wifi

Minerva Tantoco, una mujer que viene del sector privado de la tecnología, lidera un revolucionario proyecto en Nueva York para convertir cabinas de teléfono en fuentes de Internet. FOTO Archivo particular
Minerva Tantoco, una mujer que viene del sector privado de la tecnología, lidera un revolucionario proyecto en Nueva York para convertir cabinas de teléfono en fuentes de Internet. FOTO ARCHIVO PARTICULAR



Con la llegada de Bill de Blasio al máximo cargo de Nueva York, varios asuntos históricamente olvidados en la metrópoli estadounidense se tornaron prioritarios: educación, equidad e innovación. Con dos años y seis meses al mando de la urbe, el alcalde demócrata ya está logrando diversos resultados en estos aspectos.
Tal como afirmó en entrevista con EL COLOMBIANO, Minerva Tantoco, jefa de Tecnología de la Ciudad de Nueva York, considera que los buenos resultados del actual mandato se deben a que todo se articula en torno al objetivo de ver a la “capital del mundo” como uno de los bastiones tecnológicos globales.
Para Tantoco, tecnología es hoy el mejor sinónimo de lucha contra la desigualdad urbana, del acceso a oportunidades, y el fomento de la innovación. Y explicó las razones detrás de esa visión.
¿Cuál es su trabajo para la ciudad de Nueva York?
“Soy la primera jefa de Tecnología en la historia de la urbe. El alcalde Bill de Blasio creó este puesto para desarrollar una estrategia coordinada de tecnología a lo largo de toda la ciudad, con el objetivo de transformarla a futuro en la metrópoli más tecno-amigable e innovadora del mundo”.
¿Cuánta experiencia tiene en el sector tecnológico?
“Pasé más de 30 años trabajando en asuntos de tecnología e innovación para el sector privado, los últimos 17, como directora de tecnología de empresas de publicidad y bancos. Llevo alrededor de un año en la Alcaldía de Nueva York. Creo que eso es un elemento importante que quiere De Blasio, aportar desde el sector privado a la política pública”.
¿Qué estrategia prevé, por tanto, para la ciudad?
“Tiene tres componentes: talento, acceso e innovación. El talento radica en cómo educamos a los neoyorquinos para que puedan participar en la economía tecnológica. Tal como en Medellín, Nueva York presencia un crecimiento notable del sector de la tecnología, pero necesita a la gente que sepa cómo programar, cómo diseñar, cómo inventar. La población de ambas ciudades puede, por tanto, beneficiarse de programas que los incluyan en esos sectores. Nosotros tenemos el plan Tech Talent Pipeline (Fuente de talento tecnológico), que ofrece entrenamiento para profesionales notables, para que puedan acceder a grandes empresas tecnológicas”.

Ya hablamos del talento. En cuanto al acceso, ¿qué plantean?
“Se trata de un problema que muchas ciudades en el mundo tienen. Gran parte de su población, en especial la más pobre, no tiene acceso a Internet. Por eso se busca brindarles ese acceso. Un 36 % de los neoyorquinos en la pobreza no lo tiene en casa. Es un asunto complejo, porque ya la red es necesaria para buscar trabajo, acceder a servicios estatales, obtener información, hacer tareas. Todo el mundo la necesita. ¿Cómo resolvemos este problema? Para nosotros, el acceso a Internet es ya como el del agua y la electricidad, se ha vuelto esencial para la sociedad moderna. Si usted no tiene Internet durante un día, va a sufrir, mínimo se va a desesperar (risas)”.
Usted reitera que Nueva York está enfocándose en los parques para mejorar ese tema...
“En muchos parques de la ciudad ya tenemos wifi gratuito, pero queremos ampliar eso mucho más, y prevemos que, mediante el programa LinkNYC, cada teléfono público de Nueva York se convierta en un punto wifi gratuito para la ciudadanía. ¿Por qué? Ya no se necesitan teléfonos, ya casi no se usan, pero serían de mayor utilidad si se les instala acceso a Internet. Estamos empezando a implementar el programa, y ya empezaremos a ver sus resultados este año”.
Tuvo un paso de décadas por el sector privado, pero ahora está en el público, ¿qué diferencias ha notado en ese cambio?
“Siento que fue la mejor decisión, principalmente porque las personas que, como yo, trabajamos en tecnología, buscamos que nuestro trabajo tenga un impacto positivo para la sociedad. Yo tengo 40 patentes tecnológicas, he trabajado en innovaciones muy apasionantes, y eso lo he disfrutado mucho. Pero al pasar al sector público, y saber que no trabajo solo por dinero, sino para ayudar a la mayor cantidad de personas posible, me da una satisfacción mayor. Ahora puedo ver que los estudiantes pueden tener acceso a la información y el conocimiento y que podemos hacer portales comunitarios para todos los barrios. Se trata de empoderar a la gente mediante la red, y esa labor ha aportado a la gran cantidad de startups que han surgido recientemente. También la cantidad de trabajos vinculados al sector de tecnología en Nueva York: 300.000, que generan 30 mil millones de dólares en ganancias anuales, y están creciendo”.
¿En qué cree que radica ese auge tecnológico?
“Las empresas de tecnología saben que la diversidad es la clave para el éxito. Por tanto, nuestro ‘ingrediente secreto’ en Nueva York es la diversidad. Tenemos gente de todo el mundo, 160 nacionalidades representadas, que hablan todos los idiomas. Sentimos orgullo de tener profesionales en dicho sector de cada país, género, edad y lenguaje. Por ese motivo, empresas como las europeas encuentran más fácil basar su expansión en Estados Unidos o el mundo desde Nueva York”.
¿Cómo ven los avances de una ciudad como Medellín?
“Creemos que Medellín es una de las ciudades más innovadoras del mundo, en el sentido en que ha utilizado como ninguna la transformación de los espacios urbanos para lograr mayor equidad. Su clave es poner espacio público de calidad en zonas pobres o marginadas. Esa estrategia parece obvia, pero es revolucionaria, porque normalmente se cree que se le da una obra a quienes piden algo, pero en dicha ciudad la pregunta es ¿dónde se necesita más una escuela, una biblioteca?”.
¿Están abiertos a cooperar con la capital antioqueña en estos y otros asuntos?
“Esperamos que nuestros vínculos se extiendan más allá del paso de las administraciones. Creemos firmemente en que la cooperación entre urbes es la mejor forma para que estas lideren el desarrollo mundial”.