La controversia sobre el alquiler vacacional, así como la necesidad -o no- de regularlo e incorporarlo a la actividad turística tanto en Baleares como en el resto del país, traspasa fronteras. Los gigantes mundiales de la comercialización de este tipo de inmuebles llevan años operando a lo largo y ancho del globo mientras se espera una normativa que no termina de llegar, ni en clave local o regional, ni mucho menos nacional, que dejó la patata caliente en manos de las comunidades autónomas hace unos años. Mucho menos desde las instituciones comunitarias, que hasta el momento se han pronunciado tibiamente sobre un asunto cada vez más global.
Ahora bien, la situación podría dar un giro de 180 grados en los próximos meses, ya que una de las ciudades del mundo con mejores cifras de turistas acaba de sentar un valioso precedente. Se trata de Nueva York, que ha aprobado una ley que restringe el anuncio de alquileres de apartamentos por periodos inferiores a un mes, lo que golpea directamente a plataformas como Airbnb, el líder mundial en esta actividad.
De esta forma, este estado norteamericano toma la delantera y muestra el camino a muchas ciudades y regiones turísticas que todavía no han dado con la tecla en este asunto. Airbnb, que en los últimos años ha multiplicado por seis su actividad en Mallorca, lleva años de conflictos con Nueva York, ya que la legislación local no permite alquileres inferiores a 30 días de estancia por una norma aprobada en 2010 para luchar contra los hoteles ilegales que proliferaban en la Gran Manzana.
Multas de 7.000 euros
La nueva ley pretende que se cumpla la normativa vigente y prohíbe anunciar esos apartamentos de alquiler por menos de 30 días a través de plataformas como Airbnb, imponiendo multas de hasta 7.500 dólares (poco menos de 7.000 euros).Eso sí, podrán seguir anunciándose, entre otras cosas, el alquiler de habitaciones cuando el dueño permanece también en la vivienda, algo que sí está permitido por periodos inferiores a un mes.
El negocio de Airbnb está valorado en 30.000 millones de dólares en todo el mundo y su principal mercado en EE.UU. es Nueva York, donde según denuncian las ONG y asociaciones de vivienda asequible ha provocado el encarecimiento de los precios, ya de por sí altos. En abril de 2014, la Fiscalía de Nueva York solicitó por primera vez información sobre las actividades de Airbnb tras detectar que casi dos tercios de las ofertas de apartamentos o habitaciones en el estado de Nueva York que aparecen en la popular página web, el 64%, podrían ser «ilegales».
«Este es un asunto sobre el que se ha reflexionado de forma cuidadosa, pero en última instancia estas actividades están expresamente prohibidas por la ley», dijo este fin de semana el portavoz de Cuomo Richard Azzopardi tras la firma de la ley.
La oficina del gobernador, como varias ONG y asociaciones de vecinos, señaló que la proliferación de Airbnb no ayuda a mantener y promover los esfuerzos por la vivienda asequible en Nueva York, algo que está sucediendo también en Baleares, sobre todo en Ibiza. Su argumento es que se quitan del mercado del alquiler muchas viviendas que son más rentables si las usan turistas por altos precios que no como alojamiento permanente por los neoyorquinos.
Tras la noticia, Airbnb anunció que recurrirá a la Justicia por la nueva ley, informó el diario The Daily News, que señaló que ya en septiembre la compañía advirtió por carta a Cuomo de que usaría la vía legal si firmaba la norma.
Según dijo el portavoz de Airbnb Peter Schottenfels al diario, «como suele ocurrir, se ha contentado de tapadillo los intereses especiales de la industria hotelera e ignorado las voces de decenas de miles de neoyorquinos».
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