En el año 2013, en pleno boom inmobiliario en Estados Unidos, los inversores Joseph Chetrit y David Bistricer compraron el Edificio Sony en Nueva York, situado en el 550 de Madison Avenue, con la intención de convertirlo en un bloque de apartamentos de lujo. Cuando salieron a la venta, incluían un triplex de ocho dormitorios por el que se pedían 150 millones y se convirtió en el más caro de toda la ciudad. Pero su proyecto no les ha salido todo lo bien que pensaban debido a la fuerte competencia inmobiliaria, por lo que, según recoge Bloomberg, han decidido venderlo a un consorcio liderado por el grupo de inversión saudí Olayan.
La firma compradora pagará por el edificio, que tiene un total de 37 plantas, 1.400 millones de dólares. Esta cantidad supera en 300 millones de dólares lo que se embolsó Sony cuando lo vendió a Chetrit y Bistricer. El nuevo propietario del edificio, que está en la actualidad medio vacío, pretende devolverlo, salvo los apartamentos vendidos, a su función original: oficinas. Un uso más acorde con su ubicación, encerrado entre otras torres de similar altura entre las calles 55 y la 56, lo que le resta vistas y ha dificultado la venta de los apartamentos por el precio que pedían sus propietarios. Además, la constructora tenía que competir con las viviendas de lujo a la venta situadas en otros rascacielos con muchas mejores vistas de la ciudad, e incluso de Central Park.
A pesar de vender el edificio en 2013, Sony, su propietaria original, no ha abandonado el edificio en el que tenía sus oficinas centrales de Estados Unidos hasta hace poco, ha seguido pagando la renta del mismo a Chetrit hasta la semana pasada. Por tanto, todo está listo ya para que los nuevos propietarios tomen posesión del edificio, pero se desconoce cómo será su futuro, puesto que la compra se produce justo cuando en Nueva York se prevee un gran aumento de oficinas de gran tamaño vacías a corto plazo.
Foto: Martin Dürrschnabel
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