Temen por la seguridad de sus familias y pérdida de anonimato ante acoso de fanáticos
Baldwin escribió una nota de tapa en la revista New York en el 2014 quejándose del hostigamiento de los tabloides. (Prensa Asociada |
NUEVA YORK — Cuando el escritor Ta-Nehisi Coates vio que la prensa revelaba que pensaba mudarse a un brownstone de Brooklyn de 2.1 millones de dólares, de inmediato se preocupó por la seguridad de su familia y por la posible pérdida de anonimato.
"Un día después de leer estos artículos, mi esposa y yo supimos que jamás podríamos vivir en Nueva York", escribió Coates, ganador del Premio Nacional del Libro, en un ensayo publicado por TheAtlantic.com.
El autor asumió una actitud bastante generalizada entre las celebridades, muchas de las cuales desearían vivir en Nueva York pero creen que no es el sitio ideal para ellos, a pesar de que los neoyorquinos se precian de saber tratar a los ricos y famosos y de no acosarlos en las calles.
Coates, cuyo libro "Between the World and Me" (Entre el mundo y yo) explora de forma punzante lo que es ser negro en Estados Unidos, no es la primera celebridad que intenta mantener en secreto su dirección y evitar el acoso de la gente en Nueva York. Pero en una ciudad donde es más fácil detectar a alguien famoso que conseguir un taxi, la idea de que un escritor lamente su pérdida de privacidad al punto de que desiste de vivir en un barrio relativamente tranquilo de Brooklyn es inusual y sorprendente.
"En Nueva York muchas celebridades viven entre gente que no son celebridades", señaló Ainslie Binder, residente de 20 años de Prospect-Lefferts Gardens, el barrio donde Coates compró un brownstone (casas típicas de Nueva York, angostas y profundas, con una escalera en el frente). Le hubiera encantado que la presencia del escritor contribuyese a cimentar la imagen del barrio como reducto de gente creativa.
En una comunidad donde los residentes socializan y plantan flores en barriles en la calle, Coates sería tratado "como uno más", aseguró Binder.
En la ciudad más grande del país viven numerosas celebridades en brownstones de Brooklyn o en departamentos con vista al Central Park. Incluso en esta era en la que la gente tuitea de todo, muchos neoyorquinos se precian de saber respetar la privacidad de los astros que se encuentran en la calle, en los cafés y otros sitios.
A los tabloides y a los medios especializados en los bienes raíces, no obstante, les encanta divulgar quién compró qué y dónde, para consternación de los ricos y famosos.
"La privacidad es una gran preocupación", señaló Jared Seligman, agente de bienes raíces de la firma Douglas Elliman Real Estate, especializada en celebridades. "En Nueva York es muy difícil mudarse a un sitio pasando inadvertido", agregó. Siempre existirá la posibilidad de que la junta vecinal de un edificio rechace a alguien por alguna razón o de que la celebridad sea vista cuando llega en su limosina para ver la propiedad.
Con frecuencia los edificios a los que se mudan las celebridades son propiedades suntuosas con porteros discretos. A menudo las celebridades buscan propiedades con garages y patios o jardines internos, para poder entrar y salir sin ser detectados, indicó John Burger, agente de Brown Harris Stevens Residential Sales especialista en propiedades caras.
De todos modos, no es fácil pasar inadvertido en Nueva York.
Celebridades como Uma Thurman y Alec Baldwin han sido acosadas por desconocidos que se presentan en sus casas de Manhattan. Un hombre que según la policía estaba trastornado fue detenido frente a la residencia de Taylor Swift.
Un admirador de Madonna le escribió un mensaje en la acera frente al edificio de Manhattan donde vivía la cantante, quien posteriormente se mudó a una propiedad con un garage propio.
Algunas celebridades se cansan de estar siempre en guardia.
Después de declarar en el juicio de su acosador, de tener numerosas peleas con fotógrafos y de que un programa suyo en MSNBC fuese suspendido por su comportamiento durante uno de esos incidentes, Baldwin escribió una nota de tapa en la revista New York en el 2014 quejándose del hostigamiento de los tabloides.
"No puedo seguir viviendo en Nueva York", se lamentó este residente de años de la Gran Manzana, agregando que estaba empezando a gustarle la idea de vivir en comunidades cerradas que lo aíslan a uno del público, típicas de ciudades como Los Angeles.
Hubo una época en la que "ningún neoyorquino se te acercaba a más de un metro y medio. Pero ahora no te dejan solo".
Hasta para Baldwin, no obstante, Nueva York es irresistible. El actor sigue viviendo aquí.
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