Los arrestados enfrentan penas por 20 años de cárcel
Integran cuatro de las cinco grandes familias y los acusan de usura, fraude y extorsión, entre otros graves delitos.
Una foto de febrero de 2008. Un integrante de la familia mafiosa Gambino es escoltado por la Policía y el FBI. AP
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Como en un film de Martin Scorsese, en un enorme operativo de la Policía de Nueva York, más de 40 sospechosos, incluyendo el jefe de la mafia en Philadelphia, fueron arrestados ayer en una megacausa que les acusa de innumerables delitos violentos, además de extorsión, usura, juego ilegal, tráfico de armas y fraude con tarjetas de crédito y seguros médicos. La cantidad de los arrestados, sus apelativos –algunos jocosos, si no fuera porque destilan sangre– y los delitos que se les achaca echan por tierra la imagen ingenua, y común en algunos círculos, de que los gángsters a la Hollywood son cosa del pasado.
Todos los detenidos están relacionados con un mismo grupo criminal compuesto por cuatro de las cinco grandes familias de La Cosa Nostra neoyorquina –los Gambino, los Genovese, los Luchese y los Bonanno– y por sus socios de Philadelphia. El informe presentado por fiscales federales en Manhattan dice que el grupo formaba un sindicato delictivo con operaciones en Nueva York, Massachusetts, Pensilvania y Florida.
Entre los acusados está Joseph “Joey” Merlino, un extravagante jefe de Philadelphia que debió responder por cargos de asesinato. También Pasquale “Patsy” Parrello, identificado como veterano miembro de la familia mafiosa Genovese en la ciudad de Nueva York.
Según la acusación, Merlino, Parrello y Eugene O’Nofrio supervisaban y controlaban las operaciones del grupo, mientras otros arrestados –algunos con pintorescos alias como “Tony el rengo”, “Músculos” o “Bigote de canilla”– se encargaban de ejecutar sus órdenes.
Los fiscales informaron que 39 de los acusados fueron capturados ayer. Durante las detenciones, los agentes confiscaron tres pistolas, una escopeta, municiones, artículos de juego ilegal y más de 30.000 dólares en efectivo. Por detenciones previas otros cuatro mafiosos estaban ya bajo custodia y otros tres sospechosos aún no han sido capturados. Los acusados, de entre 24 y 72 años, se enfrentan a penas máximas de 20 años de cárcel.
“Parece una novela de la vieja mafia, donde la extorsión, el juego, los incendios intencionales y amenazas de eliminar a alguien son ejecutadas junto con delitos modernos”, tales como fraude de tarjetas de crédito, dijo Diego Rodríguez, jefe de la oficina del FBI en Nueva York.
Uno de los cargos de los que se acusa a Parrello, de 72 años, es el de ordenar una golpiza en el 2011 contra un mendigo porque el mafioso pensaba que hostigaba a mujeres a la salida de su restaurante en el Bronx. Parrello le habría dicho a un compinche “rompele las rodillas”. El mendigo fue “localizado y atacado con jarras de vidrio, objetos filosos y botas con punta de acero, causándole daño corporal”, dice el auto de instrucción.
Merlino, de 54 años, fue implicado en un esquema de fraude de seguros médicos junto a Parrello y otros que instruyeron a médicos corruptos cobrar a seguros por prescripciones innecesarias y excesivas para cremas caras a cambio de sobornos. Junto al caso hecho público en Nueva York, otro paralelo impulsado en Massachusetts, acusa a cinco supuestos miembros de la familia Genovese de varios cargos de extorsión.
“Los cargos de hoy (por ayer) contra 46 hombres, incluidos poderosos líderes, miembros y socios de cinco familias de La Cosa Nostra, demuestran que la mafia sigue siendo un mal en esta ciudad y en el país”, señaló en un comunicado el fiscal Preet Bharara. Según destacó, los negocios de estos criminales están “totalmente diversificados” en distintos sectores, pero su “manual” sigue incluyendo “amenazar, mutilar y asesinar a la gente que se interpone en el camino de sus esquemas criminales”, concluyó.
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