Hace unos años la ciudad de Nueva York lanzó un concurso para determinar, mediante exclusividad, cual sería el taxi del futuro. El ganador fue el Nissan NV200, un monovolúmen adaptado a las necesidades del usuario de este tipo de vehículos. Pero el gremio de taxistas interpuso una demanda contra la obligatoriedad de escoger sí o sí un sólo modelo. El resultado ha sido muy claro: no puede existir una sola opción.
Seguro que recuerdas cómo hace unos años la ciudad de Nueva York lanzaba un concurso para elegir al taxi del futuro, al vehículo que se convertiría en un nuevo icono de la ciudad como ya lo hizo el Crown Victoria, un clásico de las películas ambientadas en la ciudad de la libertad. El elegido fue el taxi de Nissan, una decisión que ha tenido mucha polémica.
El concurso para presentar al sustituto de este icono tuvo bastantes propuestas y una de las ventajas para el fabricante es que se obligaría a los taxistas a cambiar al modelo elegido cuando su vehículo deje de dar servicio, ya sea por averías, estado o capricho. Tan sólo podrían optar por el vehículo escogido, algo que sentó muy mal a todo un colectivo y que veía como el concepto de libertad que emana de Nueva York se separaba de sus trabajos, de su forma de vida.
Nissan se postuló como la ganadora con el NV200, consiguiendo una exclusividad de 10 años. Un vehículo que había sido claramente adaptado a las posibles necesidades del cliente de un taxi: comodidad, visibilidad y algún que otro gadget, como una toma usb o una pantalla donde ver la ruta. Además, la capacidad del maletero y la amplitud interior fueron los otros dos puntos claves para que el modelo japonés se coronara como el ganador. Recordemos: es un vehículo que consiguió tres estrellas Euroncap, algo lejos de las 5 con las que hasta un modelo chino puede coronarse.
El gremio de taxistas no tardó en interponer una demanda porque alegaban que se habían sobrepasado las competencias. El Greater New York Taxi Association ganó al Departamento de Transportes Públicos, una lucha larga y tediosa con un objetivo: evitar que sólo hubiera un modelo de taxi de Nissan, que la libertad de elección no se eliminase de un plumazo.
No hay nada mejor que la competencia para no estancarse.
Personalmente, no me gustaría ir a Nueva York y tener que coger este taxi de Nissan. No me gusta. No me gusta el hecho de tener una sola opción. Ir a Nueva York no significa tener que escoger un Crown Victoria, hay mucha variedad, pero seguro que, como turista, alguna vez has querido viajar a bordo de uno cruzando la Quinta Avenida, como si de una atracción turística más se tratase. Con el NV200 se vería mejor gracias a su techo panorámico pero no se disfrutaría de la misma forma. El sentimiento de estar sentado en un icono se desvanecería de un plumazo.
El problema es que la alternativa de Ford es una Transit Connect, un modelo similar al NV200. Por similar me refiero a prácticamente similar. Eso sí, es Ford, una marca norteamericana y el patriotismo seguro que toma un papel importante a la hora de determinar una decisión.
Nissan USA no ha confirmado si presentará un recurso, pero si nos ponemos en el punto de vista de la marca, haber desarrollado un modelo con la ventaja de la exclusividad para que un juez tire para atrás el esfuerzo de mucha gente no ha tenido que sentar especialmente bien.
Esto no significa que el Nissan NV200 deje de poder ser útil para los taxistas, todo lo contrario. Sólo que ahora se enfrentará a la competencia, sobre todo de Ford (que debe ponerse las pilas cuanto antes). No hay nada mejor que la competencia para no estancarse, cuando uno siente el aliento del contrincante sabe que tiene que avanzar, algo vital para una ciudad como Nueva York y para un sector icónico de la ciudad. Sinceramente, no veo a ningún turista haciéndose una foto con alguno de estos modelos para demostrar que estuvo en Nueva York.
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