Oriana Rivera reside en Astoria desde que llegó a Nueva York en junio. |
Hace más de una década, cuando el venezolano Juan Carlos Flores emigró a Nueva York, su comunidad apenas era notable en el diverso vecindario de Jackson Heigths, en Queens.
“No figurábamos entre nuestros vecinos mexicanos y colombianos”, contó Flores, organizador de la fiesta anual Amanecer Gaitero, una celebración que congrega a unos 400 venezolanos del área triestatal. “Era una alegría inmensa escuchar un acento venezolano en las calles o en los restaurantes. Para entonces éramos tan pocos”.
Pero la inmigración desde el país suramericano hacía la Gran Manzana creció significativamente en los últimos años, principalmente por la crisis sociopolítica y económica que se agudiza cada día, y que ha empujando a muchos venezolanos a escapar de la inseguridad desbordada, de la inflación exorbitante y una escasez de alimentos que obliga a los ciudadanos a hacer interminables filas para comprar productos básicos. Además, datos señalan que muchos, al llegar a Estados Unidos, están solicitando el asilo político.
CONTENIDO RELACIONADO:
Según las cifras de la Oficina del Censo, los venezolanos están dispersos por todo el país, pero Florida y Nueva York son los destinos principales de los recién llegados, como es el caso de Oriana Rivera, una joven de de 18 años quien se vino a vivir a la Gran Manzana en junio pasado.
“Todos los problemas socioeconómicos empujaron a jóvenes como yo a dejar el país. Muchos son graduados, pero otros no terminamos la universidad”, dijo la joven que ahora reside en Astoria.
Oriana Rivera reside en Astoria desde que llegó a Nueva York en junio.
Oriana consiguió una visa de estudiante para emigrar a la Ciudad de Nueva York. Actualmente, se hospeda con una tía mientras estudia inglés y trabaja como mesera en un restaurante de Harlem.
“Obtener una visa de turista es muy difícil. Conseguí una beca para estudiar el idioma, eso fue mi boleto de salida”, contó. “Salí de un pueblito que se llama Cagua para venir a una ciudad enorme. Fue realmente duro, pero logré adaptarme rápidamente”.
De acuerdo con los números del Censo 2010 y la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense, unos 14,500 venezolanos radican en Nueva York desde 2006. Del total, unos 9,600 residen en la ciudad, pero los organizadores comunitarios creen que el número creció desde 2011.
“Es evidente que somos más. Los supermercados y bodegas en vecindarios como Astoria y Jackson Heights están vendiendo nuestros productos nacionales, eso refleja que hay una demanda”, dijo Juan Carlos Flores. “Estamos dispersos hasta en Long Island y Nueva Jersey, y cada día vienen más”.
Añadir leyenda |
Un ejemplo de que son más
El primer Amanecer Gaitero que organizó Flotes fue hace siete años. Pero el principal motivo para que el evento haya logrado relevancia ha sido el significativo crecimiento de lacomunidad venezolana en Queens. La fiesta, que se realiza en noviembre en el sector deJackson Heights, celebra la muisca, danza y cultura de Venezuela.
“Los asistentes bailan al ritmo del gaita venezolana. Es emblemático”, explicó Flores. “Estamos ganando terreno”.
Aunque no hay grandes enclaves venezolanos en la ciudad, como ocurre con otrascomunidades como la mexicana y la dominicana, esta población constituye uno de los diez principales grupos de inmigrantes nacidos en el extranjero en los vecindarios de College Point y Longwood, según datos de la Ciudad publicados en 2013 en .
Clara Irazabal, directora de Latin Lab y asistente de Planeación Urbana del Graduate School of Architecture de la Universidad de Columbia, comentó que los venezolanos, principalmente los jóvenes, están saliendo cada vez más del país.
“Las condiciones laborales en Venezuela no son las más idóneas”, comentó. “Los muchachos están buscando venir a Nueva York y educarse en las universidades, pero están en un limbo. Enfrentan inestabilidad y un gran estrés por prolongar su estancia en Estados Unidos”.
Muchos de los jóvenes tienen una visa de estudiante, como en el caso de Oriana Rivera, aunque enfrentan limitaciones en becas y programas educativos en su país. “Quiero regresar a Venezuela y terminar la universidad con el dinero que ahorre en Nueva York, después de eso espero regresar y buscarme un futuro aquí”, dijo Rivera.
Irazabal puso en relieve que los venezolanos todavía no son una comunidad grande para destacar por sus concentraciones en determinados sectores, como en el caso de otros grupos latinos.
“Los venezolanos somos un grupo migratorio muy nuevo en Nueva York, pero en otras área del país ya tenemos concentraciones explícitas, como en el sur de Florida”, planteó la experta.
Vienen con más educación
Un claro indicio del crecimiento de venezolanos son los números de la Oficina del Censo, que revelan un aumento de esta comunidad en más del doble en 117 ciudades del país. Aunque Florida tiene la mayor concentración, ciudades como Nueva York y Boston son un destino común de la nueva inmigración. Los recién llegados son en su mayoría familias con adultos jóvenes con educación universitaria. Según el Censo, el 51% tiene título profesional, un nivel más alto que el del resto de hispanos.
Jenner Pelay, administrador de la página de Facebook ‘’ -con 11,433 seguidores y creada en 2009,- dijo que en las redes sociales es visible la nueva inmigración venezolana en la ciudad.
“Muchos están buscando apartamentos o trabajo en las páginas de venezolanos, eso no se veía hace cinco años”, comentó. “La primera página de venezolanos que abrí hace años no tuvo éxito porque no éramos tantos como hoy”.
Pelay, quien llegó a Nueva York en 2002, dijo que el crecimiento de su comunidad se nota en los nuevos restaurantes. Actualmente hay unos 20 restaurantes venezolanos en la ciudad en los vecindarios de East Village, Chelsea, Williamsburg, Bushwick, Washington Heights y Astoria, según el sitio web .
Pelay recordó que la primera vez que los venezolanos participaron en el Desfile de la Hispanidad fue en 2011, pero otros eventos reflejarían la importancia de su comunidad, como la Noche Venezolana en el Citi Field, el evento de celebración de Independencia, el Arepazo (degustación de la arepa tradicional) y el Amanecer Gaitero.