New York Ultimate: ARTE
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viernes, 6 de julio de 2018

El galerista de Nueva York que vende los muebles a las hermanas Olsen

Michael Bargo es uno de los pocos marchantes de mobiliario y su oficio es rastrear las mejores joyas del diseño del mundo y venderlas a sus exclusivos clientes

Nueva York
En la cama con Michael Bargo: es uno de los muebles de madera que desarrolla con Green River Project. En primer plano, plato de cerámica de Jordan McDonald.


Cuando pasabas una hora en el anterior apartamento de Michael Bargo (35 años), un diminuto cuarto piso forrado de revistas en un clásico brownstone de Brooklyn Heights, podías invertir una tarde en intentar clasificarlo. La cama de madera, una pieza desarrollada por él con los carpinteros de Green River Project, es tosca y un poco japonesa. Una mesita redonda de dos pisos es indudablemente art déco y en la ventana había una butaca posmoderna con reposabrazos que acaban en dos bolas rosas, un prototipo de Peter Shire de 1985. En una repisa también una copa amorfa de goma de colores de Gaetano Pesce y, sobre una mesa baja de bronce, un plato blanquecino y también un poco amorfo del ceramista Jordan McDonald. Hace unas semanas, el galerista dejó este apartamento y se mudó a Chinatown, para estar más cerca de su negocio.
“Cuando compro algo necesito vivir con ello antes de ponerlo a la venta, así que tengo piezas en constante rotación”, explica Bargo. El paisaje cambiante de sus casas es el de la cabeza de un hombre que, a sus 35 años, ha devuelto el lustre a la profesión de marchante de mobiliario justo antes de que las casas de subasta por Internet acaben con ella. “Ahora todo el mundo sabe lo que valen los objetos, así que se especula con ellos como si fuera arte contemporáneo. Eso aniquila la magia del proceso, de encontrar algo o de buscarlo para alguien. Lo bueno es que el conocimiento está dando lugar a una industria distinta y mayor”.
La butaca de Peter Shire es uno de los pocos objetos de los que Bargo no quiere desprenderse.
La butaca de Peter Shire es uno de los pocos objetos de los que Bargo no quiere desprenderse.CARLOTTA MANAIGO
Bargo trabajó de interiorista hasta que, hace cinco años, se dio cuenta de que “la mayor parte del oficio es gestión de obra. Contratistas, pintores, tapiceros”. Comenzó a vender muebles desde su casa. Hoy atiende en su galería en Chinatown –a un par de calles de su nuevo apartamento–, viaja en busca de objetos (“pero no pensando si encajarán aquí o allí, sino por gusto”) o se concentra en proyectos a los que no puede negarse.
Tela Naga que fue un regalo de la marchante de textiles antiguos Emilie Irving.
Tela Naga que fue un regalo de la marchante de textiles antiguos Emilie Irving. CARLOTTA MANAIGO
Como el nuevo piso en el Upper East Side de Ashley Olsen, una de las gemelas que pasaron de bebés estrella a diseñadoras de moda y árbitros de la estética contemporánea. Olsen y Bargo rastrean auténticas joyas: sillas de Frank Lloyd Wright o piezas déco de Jean-Michel Frank. “Mucha gente solo sabe que quiere algo y lo quiere ya porque lo ha visto en una revista, pero ella entiende el proceso, sabe mucho y trata las piezas con respeto”, dice Bargo, que también asesora a Frank Ocean, el rey del r&b sensible.
Con él es distinto. “No sabe tanto de interiores, pero tiene un punto de vista muy particular. Emocional. Hace poco compramos una mesa de Pierre Pauliny él no tenía ni idea de quién era. Fue increíble verlo atraído solo por la forma, recuperar la fuerza original de un diseño. Es excitante ver algo a través de los ojos de quien lo acaba de descubrir”.
Bargo es ecléctico, pero tiene dos centros de gravedad: “Siempre me ha interesado el movimiento posmoderno y el ‘art déco”. Ossie, su gato, y su librería, lo atestiguan.
Bargo es ecléctico, pero tiene dos centros de gravedad: “Siempre me ha interesado el movimiento posmoderno y el ‘art déco”. Ossie, su gato, y su librería, lo atestiguan. CARLOTTA MANAIGO
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lunes, 30 de abril de 2018

Museo de arte palestino abre sus puertas en Nueva York

Foto tomada de Twitter

El fundador del museo busca que los estadounidenses cambien su actitud hacia los palestinos.
Un bucólico pueblito de Connecticut puede tener poco y nada en común con Medio Oriente, pero es el hogar de un nuevo museo de arte que espera cambiar la actitud de los estadounidenses hacia los palestinos.
Woodbridge, una comunidad acomodada cerca de la Universidad de Yale, a 128 km al norte de Nueva York, está lejos del circuito de los museos y los carteles luminosos de la gran ciudad, al menos por ahora.
Con un presupuesto de apenas medio millón de dólares provisto por su fundador, un empresario palestino-estadounidense determinado a fundar el primer museo de arte palestino en Estados Unidos, ya es todo un logro que la institución haya visto la luz.
El inminente 70º aniversario de Israel, la futura transferencia de la embajada estadounidense a Jerusalén, la cercana relación de Washington con el Estado judío, los pasados atentados suicidas y titulares sobre ataques a puñaladas arrojan sombras sobre gran parte del discurso estadounidense sobre el conflicto israelo-palestino.
"La prensa y las fuerzas que no son amistosas con Palestina han pintado a los palestinos en una luz muy negativa y de alguna manera hemos sido deshumanizados", dijo a la AFP el fundador del museo, Faisal Saleh, de 66 años.
Su esperanza es que los estadounidenses visiten el museo y descubran que los palestinos tienen un rico legado artístico.
"Tenemos nuestros propios artistas, así como todo el resto del mundo tiene sus propios artistas, y tenemos un número desproporcionado", sostuvo. "Muchos de ellos trabajan en condiciones muy austeras".
Bautizado como Palestine Museum US, la institución abrió las puertas por primera vez el domingo, único día de la semana en que permanecerá abierto por ahora, con entrada gratis y un personal integrado por voluntarios. Alberga más de 70 obras de arte, 100 fotografías, colecciones de bordados, trajes y varias instalaciones modernas.
Aunque trata sobre el arte, no la guerra, y no provee muchos datos sobre el conflicto israelo-palestino en sí mismo, el anhelo por el territorio, la paz y la autodeterminación permean gran parte de las obras.
Los palestinos conmemoran el aniversario de la creación de Israel en 1948 como la "nakba" o la "catástrofe" que desplazó a la fuerza o envió al exilio a la primera de varias olas sucesivas de refugiados palestinos.
 "Más creativos que atrasados"
"El arte siempre expande tu mente", dice Samia Halaby, de 81 años, una conocida artista palestina que vive y trabaja en Nueva York. Tres de sus obras están expuestas en el museo.
"Espero que aprendan más sobre nuestra existencia como pueblo, que nos vean más como creativos que como atrasados, como la prensa se inclina por presentarnos", argumentó a la AFP. "Es algo que museos de todo el mundo han logrado a favor de otras culturas e ideas".
Las espaciosas galerías del museo, por donde se filtra la luz del sol a través de las ventanas, exponen al principio viejas fotografías de Jerusalén bajo el mandato británico, y luego pintura contemporánea y abstracta.
Presentan la obra de 29 artistas, muchos de los cuales viven en Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza.
"Esperamos que muy pronto otros empresarios palestinos se nos unan y financien el objetivo final, que es crear un museo mucho mayor en una gran ciudad como Nueva York o Washington DC", afirmó su fundador.
Saleh, nacido en Ramala, señala que las reacciones iniciales son "fenomenales" y que han generado ya una cobertura de prensa más centrada en el arte palestino que en el conflicto.
"Es una actividad muy pacífica", aseguró. "Queremos compartir nuestro arte con la gente y no sé por qué alguien tendría un problema con eso".
Timothy Niedermann, un editor y escritor que escribió una novela sobre Palestina, fue uno de los invitados a la ceremonia de inauguración.
"Nuestra imagen negativa está quizás más que parcialmente justificada en términos de la experiencia terrorista, pero no sabemos nada más (sobre los palestinos). Así que esto nos dará una idea de que sí, hay gente normal que vive allí", explicó.
"Y eso es lo que se precisa. Gente normal con la cual uno puede tener una conversación normal y quizás alcanzar soluciones normales".

miércoles, 7 de marzo de 2018

Broadway da pésame a actriz atropellada en Nueva York


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Nueva York – Intérpretes de Broadway dieron hoy su pésame y apoyo a la actriz estadounidense Ruthie Ann Miles, víctima del atropello ocurrido este lunes en Brooklyn (Nueva York) en el que murieron dos niños, su hija de 4 años y el infante de un año de una amiga, y tres personas quedaron heridas, incluidas ellas dos.
El accidente, que todavía se investiga, tuvo lugar en el barrio de Park Slope por la tarde, cuando una conductora se saltó un semáforo en un cruce y provocó la muerte de los dos pequeños y heridas a tres adultos.
Miles, embarazada, atravesaba la intersección con su hija Abigail y su amiga Lauren Lew, que llevaba en un carrito a su hijo Joshua, al mismo tiempo que un hombre de 46 años no identificado, en el momento del incidente.
Las cinco víctimas fueron trasladadas al hospital, donde se confirmó el fallecimiento de los niños, según informó esa tarde el alcalde Bill de Blasio, quien indicó que no sufrían lesiones graves, aunque medios locales informaron de que la actriz estaba crítica.
Miles, ganadora de un premio Tony por su papel en “The King and I”, ha recibido mensajes de solidaridad de compañeros de profesión como el puertorriqueño Lin-Manuel Miranda, quien ofreció sus condolencias también a Lew a través de Twitter.
Intérpretes como Miranda, Ben Platt y Kristin Chenoweth compartieron hoy en las redes sociales dos páginas en la plataforma de recaudación colectiva GoFundMe abiertas para ofrecer apoyo financiero a las dos mujeres heridas y sus familias.
Una actualización en la página dedicada a Miles señalaba que se había estabilizado, estaba “en camino a la recuperación física” y el feto no había sufrido lesiones.
De acuerdo con informaciones policiales citadas por el Daily News, la conductora, identificada como Dorothy Bruns, de 44 años, sufrió algún problema de salud mientras conducía y es poco probable que se enfrente a cargos criminales.
No obstante, la policía local consultará con el fiscal del distrito de Brooklyn antes de tomar una decisión al respecto sobre la mujer, que está en custodia y permanecía hospitalizada hoy, añade el diario.
Según un vídeo publicado por varios medios locales, Bruns se detuvo en un semáforo en rojo en la intersección entre la calle novena y la quinta avenida, pero después aceleró, invadió otro carril y chocó contra un coche estacionado.
Esta mañana, De Blasio se trasladó a la zona del accidente, en la que los vecinos han improvisado un memorial con ramos, velas y peluches, y declaró que la ciudad seguirá persiguiendo a los conductores que superen el límite de velocidad.
“Podemos cambiar las intersecciones, poner cámaras de velocidad, muchas cosas. Pero para los individuos que van a romper la ley, la herramienta que tenemos es el orden público. Cuanto más fuerte, mejor”, dijo, según recoge el diario.

sábado, 6 de enero de 2018

La librería más icónica de Nueva York sobrevive a su dueño


Resultado de imagen para El dueño de Strand, la mayor tienda de libros de segunda mano de Nueva York, murió este miércoles

Sergi Santiago
Nueva York, 6 ene (EFE).- El dueño de Strand, la mayor tienda de libros de segunda mano de Nueva York, murió este miércoles, pero el emporio que construyó durante décadas disfruta de una salud de hierro, aunque cada vez se parezca menos a la librería original fundada en 1956.
Fred Bass falleció a los 89 años en su casa de Manhattan a causa de un fallo cardíaco, y hasta hace un par de meses había permanecido al pie del cañón dirigiendo la misma librería que fundó su padre Benjamin seis décadas atrás y en la que comenzó a trabajar con sólo 13.
La primera librería estaba ubicada en la Cuarta Avenida y los inicios fueron difíciles. Comenzó con una inversión de 600 dólares (300 de ahorros y otros 300 prestados) y una caja de tabaco a modo de caja registradora, una austeridad que contrasta con el emporio actual, que amasa 2,5 millones de libros y emplea 220 trabajadores.
Poco después, Strand se trasladó a su ubicación actual, en la famosa avenida Broadway a su paso por el Bajo Manhattan, donde ocupaba media planta baja.
El negocio fue creciendo y primero compraron el resto de la planta baja y más tarde, en los 70, se hicieron con los tres pisos superiores.
En los toldos de su fachada se lee "Strand: 18 millas de libros". Aunque el eslogan sigue siendo cierto (se pueden encontrar miles de libros de segunda mano clasificados por género literario, temática o idioma), el negocio se adaptó a los nuevos tiempos y sus estanterías comenzaron a llenarse de "merchandising" de todo tipo.
La ideóloga de la conversión fue la hija de Fred, Nancy, que tomó recientemente las riendas del negocio. Ella fue la que propuso vender "totebags" (bolsas de mano), que diseñan los trabajadores de Strand, y que tuvieron muy buena acogida.
Hoy ya venden camisetas, postales, libretas, juegos de mesa y artilugios de todo tipo, pocos relacionados con la literatura, que representan un 15 % de los ingresos, así como libros nuevos.
La directora de comunicación de Strand, Leigh Altshuler, reconoce que "no son ajenos" al auge de los libros electrónicos o plataformas como Amazon o eBay, y por ello se esmeran en potenciar la experiencia, y en los últimos años empezaron a organizar eventos literarios, conferencias y firmas de libros.
En 2017, Strand vio como repuntaban sus ventas en poesía, ciencia política, no ficción, literatura infantil y feminismo.
La librería continua siendo uno de los pocos lugares icónicos que comparten turistas y neoyorquinos, y todavía conserva clientes fieles a Strand desde hace cinco décadas, que se entremezclan con estudiantes universitarios y bibliófilos de todo el mundo.
El sistema de Strand para contratar a sus empleados es algo singular: los aspirantes pasan un test en el que deben relacionar diez autores con sus diez respectivas obras.
Bass solía recordar que su librería era de los pocos lugares en donde aún se podían vender enseres personales, a excepción de las casas de empeño, y como no tenía suficiente con los libros que la gente llevaba a la librería, durante los fines de semana acudía a subastas para hacerse con otros tantos ejemplares.
Al principio, Fred Bass pensaba que su padre estaba "loco" por comprar tantísimos libros sin haber vendido antes los que tenía, pero finalmente comprendió que era una decisión lógica: "No puedes vender libros que no tienes", dijo en 2015 al canal NY1.
Pronto heredó la misma adicción por comprar libros de su padre, que llegó a calificar de "enfermedad" en una entrevista con la revista "New York".
"Me dan ataques, como ataques de pánico por comprar libros. Simplemente, debo mantener el flujo de libros de segunda mano en mis estanterías", reconoció.
ssc/nqs/jac

lunes, 19 de junio de 2017

Pintor Oscar Abreu presentará exposición en New York


 Oscar Abreu



El artista plástico dominicano Oscar Abreu presentará al público el jueves 22 de este mes, la muestra que lleva como título “Estructura de la Memoria o El Origen de la Personalidad”, cuenta con una sobria colección de pinturas en acrílico sobre lino y otras sobre canvas en su estilo pictórico que el mismo bautizó como Psico-Expresionismo.

La exposición será presentada en el mismo taller del artista, ubicado en el corazón de la comunidad de Washington Heights específicamente en el 1400 Saint Nicholas esquina con la calle 180.
En su mayoría son obras inéditas y las otras fueron presentadas durante la celebración de la feria Artforo, donde el artista recibió las más altas distinciones que reciben los ciudadanos ejemplares de parte del concejal de Nueva York Ydanis Rodríguez, también por parte del Hostos Community College: CUNY in The Heights de las manos de Seny Taveras, de igual modo por el Senado de las manos de la senadora estatal de Nueva York Marizol Alcántara, y de la Asambleísta Carmen de la Rosa, coincidiendo todos con el importante aporte que realiza el pintor a la comunidad dominicana y a las artes contemporáneas.
De acuerdo a la crítica de arte, Marianne de Tolentino, Oscar Abreu es un “pintor trashumante y tenaz, pone de manifiesto esa capacidad de fusión, desde acuerdos y ritmos, no identificables objetivamente, hasta guras humanas, definitoriamente expresionistas por su distorsión formal, libertad cromática, gestos y muecas dramáticos, o de repente cercanas a la armonía tradicional”.
La exposición individual se estará presentando en la sala de arte Oscar Abreu hasta el jueves 29 de junio. Los horarios de visitas inician a las 10:00 a.m., hasta las 7:00 p.m.

jueves, 13 de abril de 2017

El escultor del toro de Wall Street le pide a Nueva York que mueva la escultura de la Niña sin miedo

En las redes sociales, la gente ha celebrado la escultura de la "Niña sin miedo" en el Distrito Financiero, pero el escultor del "Toro de Wall Street" no está contento. Este miércoles, Arturo Di Modica acusó a la ciudad de Nueva York de "violar sus derechos legales" al permitir la instalación de la escultura de la nena frente a la suya.


El escultor del emblemático toro de Wall Street acusó este miércoles a l...
El escultor del emblemático toro de Wall Street acusó este miércoles a la ciudad de Nueva York de "violar sus derechos legales" al permitir la instalación de la escultura de la "Niña sin miedo" frente a la suya. 

MANHATTAN, Nueva York. - El Lower Manhattan, ese área que trae a la mente la "Ciudad Gótica" de Batman, tiene en el Charging Bull uno de sus emblemas. La escultura mejor conocida como el Toro de Wall Street, instalada en 1989, es para muchos una referencia geográfica que desde hace poco cuenta con una nueva acompañante: la escultura de la Fearless Girl, esa nena desafiante que no parece conocer el miedo.
Pero este miércoles, el escultor del famoso toro acusó a la ciudad de Nueva York de "violar sus derechos legales" al permitir la instalación de la escultura de la Niña sin miedo frente a la suya.
En una rueda de prensa, el artista de origen italiano Arturo Di Modica y su abogado, Norman Siegel, alegaron que la escultura de la niña infringe sus derechos de expresión artística al modificar "la dinámica creativa" del toro y desvía la atención.
La Niña sin miedo, obra de la escultora uruguayo-estadounidense Kristen Visbal, se instaló el pasado 7 de marzo en el marco del Día de la Mujer justo enfrente del toro. A sus pies tiene una placa que lee: "Conozca el poder de las mujeres en el liderato. ELLA marca una diferencia".
Di Modica considera además que dicha escultura es "una maniobra publicitaria" de las firmas State Street Global Advisors, impulsora de la instalación, y McCann, su agencia de publicidad en Nueva York.
El artista Arturo Di Modica, quien mira a la cámara en esta imagen, dura...
El artista Arturo Di Modica, quien mira a la cámara en esta imagen, durante la conferencia de prensa este miércoles en la que expresó que la escultura de la "Niña sin miedo" desvía la atención de su trabajo. 
"El mensaje (del toro) es para la libertad en el mundo, la paz, la fuerza, el poder y el amor. Esto es algo negativo, ahora la chica está justo en frente diciendo, ahora estoy aquí, ¿qué vas a hacer?", afirmó el escultor.
Di Modica aseguró que ya ha enviado cartas a la oficina del alcalde de Nueva York Bill de Blasio y ha solicitado documentos que muestren el procedimiento seguido para que esa escultura de bronce pueda permanecer en su lugar actual, si bien todavía no ha presentado una demanda.
Por su parte, De Blasio reaccionó a las declaraciones del escultor a través de un tuit diciendo: "Los hombres a los que no les gusta que las mujeres ocupen espacio son exactamente la razón por la que necesitamos a laNiña sin miedo".
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En diciembre de 1989, el artista instaló su toro frente a la Bolsa de Nueva York durante la madrugada y sin permiso de la alcaldía.
En aquel entonces, ocurrió algo similar, ya que la ciudad cedió ante las reclamaciones del público y permitió que la obra de arte permaneciera en esa parte del Distrito Financiero de Nueva York.
La escultura ha tenido una gran acogida por parte del público como lo prueban las redes sociales y hasta se firmaron peticiones para conseguir ampliar su permanencia hasta marzo de 2018.

En declaraciones que recoge Reuters, el abogado de Di Modica, Norman Siegel, dijo que buscan que la escultura de la Niña sin miedo se mueva de allí y que se le compense a su cliente "por la violación de sus derechos legales y estatutarios".

martes, 7 de febrero de 2017

Los museos de Nueva York visten sus muros de arte contra Donald Trump

El MoMA, el Metropolitan y otras salas menores incluyen muestras de creadores originarios de países 'prohibidos' en Estados Unidos

El Tenement Museum, una casa de 1863 por la que pasaron hasta 7.000 trabajadores extranjeros.
El Tenement Museum, una casa de 1863 por la que pasaron hasta 7.000 trabajadores extranjeros.

Los museos de Nueva York comienzan a armarse contra la nueva política. El lema “America, first (América, lo primero)” choca frontalmente con la naturaleza internacional, nómada y mestiza del arte y Trump se ha mostrado partidario de cumplir la fantasía republicana de acabar con los fondos federales dedicados a las Artes y a las Humanidades (la donación nacional a las Artes y a las Humanidades). La guerra está a punto de comenzar.
El buque insignia de la oposición a Trump ha sido el museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), que ha sustituido cuadros tan importantes como Los jugadores de cartas de Pablo Picasso por obras de artistas sirios, yemeníes, iraquíes, iraníes, sudaneses, somalíes o libios. Es decir, de los siete países con población mayoritariamente musulmana a los que el decreto de Trump ha impuesto restricción en la entrada al país. Algunos, como el sudanés Ibrahim el-Salahi, no tan conocidos por el gran público. Otros son figuras tan influyentes como la iraquí Zaha Hadid. Pero todos van acompañados de un texto que reza: “Esta es una de tantas obras de arte de la colección de este museo (…) y que reafirman los ideales de acogida y libertad vitales tanto para este museo como para los Estados Unidos”.
The New York Times recuerda que el MoMA no acostumbra a tomar posiciones tan tajantes en cuestiones políticas y señala que otro de los grandes museos de la ciudad, el Metropolitan, también ha expresado que uno de sus éxitos más recientes, la exposición De Iberia a Asiria, nunca podría haberse realizado en la era de Donald Trump. Pero al margen de los grandes santuarios artísticos de Nueva York, otros centros más minoritarios, más vulnerables y tradicionalmente más centrados en la defensa de minorías, también replantean su función o incluso releen sus obras de siempre.
El Museo del Barrio, nacido en el Harlem Latino en 1969 como institución vecina a la oficina de los Young Lords (el grupo nacionalista puertorriqueño), es desde entonces altavoz de todos los artistas latinos de Nueva York, una comunidad en el punto de mira del nuevo Gobierno. Su propuesta ha sido crear su propio muro como respuesta al que Trump quiere construir en la frontera con México. “Lo hemos llamado El muro de la gente, y allí todo el mundo comparte lo que está pensando, un espacio público seguro para dar su opinión”, explica la comisaria del museo, Rocío Aranda-Alvarado. “Va a estar hasta que empiece el verano y es un grafiti constante”, asegura.
 Aranda-Alvarado lamenta la intención de Trump de cerrar las dos oficinas federales de ayuda a las artes y las humanidades (NEA y NEH, en sus siglas inglesas), simbólica en su asignación económica (148 millones de dólares cada una) pero que resulta fundamental para la radio y televisión públicas en el país y para las creaciones más arriesgadas. Y también critica lo que el presidente considera patria. “Como él es una persona tan inculta, no me imagino que tenga mucho conocimiento de lo que es la identidad estadounidense, ni influencia de todos los grupos de emigrantes que han llegado en los últimos 20 años, por no hablar de los últimos dos siglos”, afirma.
Creado en el año de la muerte de Martin Luther King, en 1968, también en Harlem se encuentra el Studio Museum de Harlem. Aunque no ha querido hacer declaraciones políticas a este periódico, lleva años reivindicando la aportación de la cultura negra a la esencia estadounidense y en este momento tiene una exposición muy oportuna dedicada a los cowboys negros. “Los historiadores estiman que en el siglo XIX, uno de cada cuatro cowboys de Texas era afroamericano y que los vaqueros del oeste eran mucho más diversos que el estereotipo: una mezcla de blancos, negros, mexicanos y nativos americanos”, recuerdan los paneles de la muestra.
 Y el Lower East Side, una antigua casa de 1863 por la que pasaron hasta 7.000 trabajadores extranjeros, es ahora el museo Tenement, consagrado a la emigración. Mientras preparan para el verano una muestra que repasará, entre otros flujos migratorios, la llegada de los deportados durante la Segunda Guerra Mundial a Nueva York, su vicepresidenta, Annie Polland explica a EL PAÍS cómo “dada la manera en la que el mundo y el contexto político han cambiado, lo que hace unos meses era simplemente parte de la colección ahora se ha convertido en material controvertido”.
Polland reconoce que ha empezado a oír entre sus visitantes que “los emigrantes de ahora no son como los de antes, porque algunos son terroristas” y confirma que es el momento más crítico para la comunidad emigrante en décadas.
“Trump no es un presidente más. Desde que en 1965 el presidente Lyndon Johnson firmó el Acta de Inmigración que realmente abrió las puertas del país (acabó con las cuotas por nacionalidad) ha habido altibajos, pero la cultura estadounidense ha sido receptiva con emigrantes y refugiados. Se aceptarían más o menos, pero no habíamos dejado de vivir con la idea de que la emigración suma”, asegura.
 Pero Polland también recuerda que en 1882 se firmó el Acta de Exclusión China —que vetó la entrada a la población de este país hasta 1943— y en 1924 la ley migratoria restringió la entrada de los europeos del este y del sur, especialmente a italianos y a judíos con la idea de preservar el ideal de unos Estados Unidos homogéneos. “Desafortunadamente ha habido ocasiones en las que nuestro país ha cerrado las puertas y Donald Trump podría decir que no está haciendo algo que no se hiciera ya anteriormente. Pero en este museo defendemos que los mejores momentos de nuestra historia es cuando hemos abierto el espacio a nueva gente, a nueva vida”, concluye.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Exhiben en Nueva York obra de fotógrafa mexicana, Flor Garduño

Exhiben en Nueva York obra de fotógrafa mexicana, Flor Garduño



Nueva York.- La galería Throckmorton Fine Arts de Nueva York exhibe a partir de este mes una selección de algunas de las más representativas piezas de la artista mexicana Flor Garduño, considerada una de las más influyentes fotógrafas contemporáneas en América Latina.
La exposición, que estará abierta al público hasta el 25 de febrero próximo, consta de 30 fotografías en blanco y negro, que incluyen tanto piezas recientes de Garduño (ciudad de México, 1957) como algunas de las imágenes más representativas de su prolífica carrera.
“Las fotografías de Garduño ofrecen imágenes poéticas tomadas de la naturaleza, los sueños y las formas femeninas. Sus imágenes, a menudo con pocos elementos, son elegantes y ricamente sugerentes”, de acuerdo con los curadores de la exposición.
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Los curadores añadieron que la obra de Garduño tiene una cualidad onírica y surrealista, lo que ofrece a sus fotografías una “cualidad mística” que demanda una “segunda mirada” y una prolongada contemplación.
Estudiante de la Academia de San Carlos de la UNAM, Garduño fue atraída a la pintura antes de concentrarse en la fotografía. En 1979, comenzó a trabajar como asistente de uno de los más grandes fotógrafos de América Latina, Manuel Álvarez Bravo.
Álvarez Bravo (1902-2002), quien tuvo una inmensa influencia en Garduño, ayudó a que la artista comenzara a desarrollar su propio estilo.
Además de haber sido incluida en numerosos libros, la obra de Garduño se encuentra en colecciones de varias instituciones como el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), el Instituto de Arte de Chicago y la Biblioteca Nacional de Francia, entre otros.