El Lower East Side (o LES) es un riñón perfectamente acotado de Manhattan. Limita al norte con la calle Houston, al oeste con Bowery, al sur con Canal y al este con el río -el East-.
Hoy, cruzar sus fronteras ni se nota, pero a principios del siglo pasado suponía entrar en territorio comanche: un mundo vicioso y bohemio, además de insalubre y superpoblado donde se hacinaban inmigrantes procedentes de media Europa. The Knick, la serie deSteven Soderbergh protagonizada por Clive Owen está ambientada en ese LES, uno de los barrios más antiguos y, sin duda, con más casta de Nueva York.
Un nuevo 'skyline'
Hoy, aquel crisol de gentes, promesas y ambiciones es un rincón menos caótico, pero también más interesante. Y en su penúltima transformación -hace dos décadas triunfaron sus bares y discotecas, tiendas al por mayor y pésimos restaurantes- vuelve a erigirse como motor de tendencias y escaparate de todo lo que engancha en Nueva York.
Ian Schrager, el inventor del hotel boutique lo vio claro. Su último gran proyecto, un edificio diseñado por Herzog & de Meuron que va a albergar un hotel y apartamentos de súper lujo, debía estar en el lugar adecuado. «Vi el New Museum y las galerías que están abriendo a su alrededor. Creo que será el nuevo destino del arte». A Schrager le conquistaron también las calles abarrotadas los fines de semana y nuevos restaurantes como el último de Keith McNally, toda una figura en la escena culinaria de Manhattan. El 215 Chrystie, que se inaugura el año que viene, promete ser espectacular.
La escena culinaria
En la lista de los diez mejores restaurantes del año (2014) realizada por The New York Times hay cinco de este barrio, entre ellos Cherche Medi, de McNally. Los otros son Ivan Ramen, Contra, Dirty French y Russ & Daughters Cafe, el nuevo restaurante de la cuarta generación de dueños de la legendaria tienda gourmet, toda una institución en la ciudad.
Y es que el Lower East Side está salpicado de tiendecitas indie y garitos hispters, pero aún sobreviven los clásicos, los que cuentan su historia. Russ & Daughters, especializada en pescado ahumado, es uno de los más destacados supervivientes de la antigua comunidad judía del barrio.
También lo es Katz's Delicatessen, inmortalizada enCuando Harry encontró a Sally y con los mejores sandwiches de pastrami. Por cierto, que ya ha cumplido 125 años, aunque nadie tiene más autoridad para impartir una clase de historia que elTenement Museum, que atesora los testimonios de generaciones de inmigrantes que se instalaron en el Lower East Side.
La escena hotelera
El impulso del 215 Chrystie de Schrager ha avivado la llegada también de otros hoteles. The Ludlow abrió hace solo unos meses (es el hogar del aclamado Dirty French) y es, como no podía ser de otra forma, un cinco estrellas 'boutique' cuyo lobbie pretende ser punto de encuentro de los cultural influencers.
A solo una manzana, el Hotel Indigo LES es el otro protagonista hotelero: 24 pisos, 300 habitaciones... no se ha inaugurado aún, aunque ya está abierto a reservas. Su terraza promete rivalizar con la del New Museum, el museo de arte contemporáneo y principal foco de vanguardia de LES. No es muy alta, pero podría ser uno de los rincones más cool de Nueva York.
Otra forma de mezclarse con los actuales colonizadores de LES es pasearse por su parque, el East River Park, que cuenta con un paseo junto al río de unos tres kilómetros con buenas vistas alpuente de Brooklyn. ¿Y qué es lo que se ve al otro lado del río?Williamsburg, la meca de los modernos, que va un pasito por delante en el imparable proceso de gentrificación.
Precisamente aquí, bajo el puente de Williamsburg, en una antigua terminal de tranvía, está tomando forma el Lowline, el proyecto para hacer el primer parque subterráneo del mundo, que cuenta con el apoyo de muchas caras conocidas, como la actriz y guionista Lena Dunham. Otro hito que volverá a poner al camaleónico Lower East Side en la agenda viajera de medio mundo.
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