Picasso escultor y el veterano Frank Stella dominan la temporada de exposiciones en Manhattan. A ellos se une una fascinante incursión en el antiguo Egipto
a nueva sede del Museo Whitney, obra del arquitecto italiano Renzo Piano. |
Quienes hayan optado por disfrutar sus vacaciones navideñas en Nueva York van a encontrar una programación artística difícilmente superable en cualquier otra ciudad del mundo. Para empezar el recorrido, nada mejor que dirigirse a la Milla de los Museos, en la Quinta Avenida entre las calles 82 y 104. En el Met (Metropolitan Museum of Art) se puede ver una impresionante exposición dedicada al Antiguo Egipto (hasta el 24 de enero) en la que se nos cuenta cómo era aquella sociedad hace cuatro mil años, entre 2030 y 1650 antes de Cristo, durante las dinastías XI, XII y XIII. Más de mil piezas prestadas por 37 museos internacionales completan las fabulosas colecciones del Met.
Justo enfrente del museo, en la Neue Galerie, se recrea lo que fue la ciudad de Berlín durante la República de Weimar, el periodo comprendido entre la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial y el triunfo del partido nazi en las elecciones de 1933. La inestabilidad política y crisis económica de esos años estuvieron acompañados de una febril actividad creativa, como lo demuestran las obras de pintores como Otto Dix, George Grosz, Rudolf Schlichter o Max Beckmann y escritores como Bertolt Brecht, Thomas Mann o Stefan Zweig. Es el momento de la creación de la Bauhaus y de películas como El Gabinete del Doctor Caligari, Nosferatu y Metrópolis.
A pocos pasos, otra exposición espectacular nos espera en el Museo Judío: el poder de la fotografía y el cine durante los comienzos de la revolución soviética, desde 1917 hasta 1932. En un inmenso país con el 70% de analfabetos, 200 piezas fotográficas y obras gráficas sirven para comprender la rompedora estética del colectivo Octubre, comandado por Aleksandr Ródchenko y los brillantes integrantes de la Asociación Rusa de Fotógrafos Proletarios.
Tres pistas en Harlem
Y desde la Milla de los Museos aprovechamos para acercarnos a Harlem, barrio que vive una profunda transformación, para pasear por la 116 y Frederick Douglass Boulevard, donde se encuentran tres restaurantes que merecen mucho la pena: Silvana, un israelí que programa conciertos de grupos de diferentes países africanos (300 Oeste, calle 116); Streetbird (2149, Frederick Douglass Boulevard), que ofrece cocina clásica sureña con el pollo como protagonista, y el siempre animado Harlem Tavern (2153, Frederick Douglass Boulevard).
La visita al MoMA (11 Oeste, calle 53) requiere media jornada para ver detenidamente dos notables exposiciones. Una está protagonizada por Picasso y sus esculturas (hasta el 7 de febrero), una actividad nada menor en la ingente producción del artista español. Más de 150 obras agrupadas por temas dan idea de su imbatible inventiva en un género que, a diferencia de la pintura, concebía como distracción doméstica, sin intención de ponerlo a la venta. La otra gran retrospectiva en este museo está dedicada al uruguayo Joaquín Torres-García bajo el título La Arcadia Moderna (hasta el 17 de febrero).
Al salir del MoMA podemos comer en el fantástico La Bonne Soupe (48 Oeste, calle 55), que ofrece extraordinaria cocina francesa en el centro de Manhattan.
La tercera excursión cultural imprescindible estos días tiene como destino el Whitney Museum (en el 99 de la calle Gansevoort). Proyectado por Renzo Piano junto al río Hudson y dedicado al arte estadounidense moderno y contemporáneo, la exposición temporal en curso está dedicada a uno de los artistas vivos más revelentes, Frank Stella (Massachusetts, 1936). Con un montaje realizado por el propio artista, se recorren seis décadas de trabajo durante las cuales se ha reinventado una y otra vez. Están sus primeros trabajos minimalistas, su prospección en el expresionismo abstracto, sus gigantescos esmaltes coloreados de formas geométricas, sus pinturas sobre metal y sus lienzos irregulares, hasta acabar con unas grandes esculturas en negros y grises con las que parece querer retornar a sus orígenes minimalistas. Se puede aprovechar la visita al barrio de Chelsea para tomar una copa en el elegante Bar and Books (en el 636 de la calle Hudson), que tiene una amplia carta de whiskies.
Si nos queda tiempo libre, en la misma zona de Chelsea, en la galería Gagosian, sus enormes naves acogen la poesía de Giorgio Morandi. En Gladstone Gallery (130 Este, calle 64) se exponen dibujos eróticos de Pierre Klossowski, hermano menor de Balthus. Y, por último, una visita al Instituto Cervantes (211 Este, calle 49), donde con el títuloNueva York, solo para valientes, la escritora Elvira Lindo ha reunido a tres fotógrafos españoles que cámara en mano narran su experiencia en la ciudad: Sion Fullana (Mallorca, 1976), Fernando Sancho (Zaragoza, 1966) y Xavi Menós (Lleida, 1981). Merece la pena aprovechar la visita al Cervantes para degustar la extraordinaria cocina hindú del vecino Bukhara Grill, en el número 217 Este de la calle 49.
No hay comentarios:
Publicar un comentario