Han pasado muchos años desde que fui consciente de que había en el mundo una ciudad como New York. No sabría decir cual fue exactamente el momento en el que comenzaron a fascinarme sus grandes edificios de acero y cristal, o cuando escuche por primera vez nombre míticos como Central Park, Times Square, o Brooklyn Bridge. A lo largo de estos años, que no han sido pocos, he ido descubriendo otros países o ciudades fascinantes, y he podido viajar a alguno de estos lugares, pero nunca podía llegar a cumplir mi deseo de pisar la Gran Manzana.
Desde los comienzos de 2014 dije que ese iba a ser mi año, tanto a nivel personal como laboral y viajero, y que haría todo lo posible por que fuera el año en el que iba por fin a conocer New York, y así fue, en el mes de diciembre por fin ponía rumbo a mi destino soñado, en un viaje en el que además iba a descubrir otras dos grandes ciudades americanas como Las Vegas y San Francisco, y un país como República Dominicana.
Pero centrémonos en New York, la ciudad que nunca duerme. No voy a hablar sobre qué ver o qué hacer o dónde comer allí, sino de las sensaciones que me ha dejado esta primera visita a la gran ciudad. Sí, he dicho primera visita, y es que tengo claro que no va a ser la última vez que recorra sus calles.
Siempre presumo de buscar los sitios no turísticos de los lugares que visito, sin embargo en mi lista de cosas a hacer en New York estaban en primer lugar subir al Empire State y al Top of the Rock, ir a ver la Estatua de la Libertad y Ellis Island, dar una vuelta a Manhattan en barco, o cruzar el famoso Puente de Brooklyn. En un plano secundario quedaban plantarme en alguna plaza a hacer fotos de la gente o la vida de la ciudad, algo que me encanta hacer, pero en esta ocasión era diferente, se trataba de los grandes iconos de la ciudad que siempre añoraba conocer, y no me los podía perder.
Aún así, traté de buscar algún momento para captar esos detalles que tanto me gustan. Fue poco para lo que se puede conseguir allí pero de momento me doy por satisfecho. Seguramente la próxima vez que vaya a New York, espero que dentro de no mucho tiempo, y una vez conocidos estos sitios turísticos, me centraré en ver la ciudad de otra forma.
Media hora buscando escenas en Times Square o una mañana pateando ChinaTown o Little Italy se hacen demasiado cortas para mi gusto. Lo mismo sucede con Central Park, a pesar de que estuve dos veces, una al atardecer y otra por la mañana temprano, creo que es un lugar con mucho potencial fotográfico, no sólo del parque en sí, que es muy bonito, sino de la gente que pasea o practica deporte en él, que es mucha y muy variada.
En cada rincón de New York encuentras gente haciéndose un selfie, parejas declarándose su amor, vendedores de entradas para atracciones con supuestos descuentos, turistas de todas las nacionalidades con sus pintas más o menos curiosas, y gente que sencillamente vive allí y hace su vida normal. Con un poco de paciencia, buscando un rincón estratégico y sobretodo no cortándote, puedes volver a casa con un par de tarjetas de memoria llenas de fotos de fotos curiosas.
New York tiene lugares increíbles que como ya he dicho son iconos que cualquier viajero desea descubrir, pero también tiene una vida que puede llegar a ser estresante, un no parar de gente yendo y viniendo, un sinfín de sonidos o ruidos que pueden llegar a hacerte enloquecer, una multitud de idiomas que te harán dudar de si estás en Norteamérica o cualquier otro lugar del mundo, un firmamento de luces de todos los colores posibles que te harán mirar sin cesar de izquierda a derecha y de arriba a abajo, un abanico de culturas que te permiten dar la vuelta al mundo sin salir de una isla… y podría extenderme diciendo cosas eternamente, y aún así me quedaría corto para describir todo lo que se puede ver y hacer en la ciudad de los rascacielos.
Llevaba toda la vida enamorado de una ciudad que no conocía, y ahora que la conozco puedo confirmar que lo que sentía por ella era real, aunque diferente. No es lo mismo que te lo cuenten o verlo en las películas que vivirlo, y si bien no puedo dejar de hablar maravillas de NY, he de reconocer que es una ciudad difícil en muchos aspectos, y para mi lo ha sido sobretodo a nivel fotográfico. No es un lugar que conoces en un rato y a continuación puedes lanzarte a fotografiarlo, y para mi, que necesito sentirme cómodo para comenzar a hacer fotos que me gusten, seis días fueron muy poco tiempo.
No me enrollo más. Cuando llegué a Madrid tras tres semanas de viaje, me encontré con varios miles de fotos, algunas buenas, pocas muy buenas, y muchas otras para borrar directamente. Hacer una selección de cada lugar y escribir sobre ello va a ser un proceso largo, pero he querido hacer una primera selección de las 12 fotos que más me han gustado de New York, sin caer en las fotos de los famosos lugares antes mencionados, pero pasando por el caos de Times Square, los deportistas de Central Park, los vendedores de atracciones, y hasta la policía.
Espero que os gusten.
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