La ciudad que nunca duerme está llena de retos para todo aquel que se atreva a enfrentarse a ellos. Pues bien, a ver quién es el valiente que consigue encontrar un aseo público. Una empresa española tiene la culpa de que ir al baño en la calle sea toda una aventura.
olo hay tres baños públicos operativos en Nueva York, que cuenta con más de ocho millones de habitantes |
Según publica New York Magazine, solo hay tres baños públicos operativos en toda la ciudad de Nueva York. Teniendo en cuenta que en sus calles viven más de ocho millones de personas, no parece desafortunado señalar que el servicio es muy deficiente. Pero, ¿por qué solo hay tres aseos públicos?
Hace una década, con Michael Bloomberg en la alcaldía, la ciudad de Nueva York planificó la instalación de 20 aseos públicos automáticos o APT en los cinco condados que componen la metrópolis. En 2006, la ciudad firmó un contrato de 20 años con la empresa española Cemusa, dedicada al sector de mobiliario urbano y que fue adquirida en 2015 por la empresa francesa de publicidad JCDecaux . El contrato incluía la instalación, instalación y mantenimiento de los aseos públicos a cambio de que la empresa se llevara los ingresos por la publicidad que se podía instalar en las infraestructuras.
En los últimos 10 años, Cemusa instaló más de 3.450 marquesinas de autobús y unos 300 puestos de periódicos en Nueva York, pero solo tres baños públicos operativos. Los dos primeros aparecieron en 2008 en Madison Square Park y en Corona Queens Plaza. El tercero, situado en Grand Army Plaza del barrio de Brooklyn, tuvo que esperar hasta 2011. Hay dos infraestructuras más en proceso de instalación.
Según el Departamento de Transporte de Nueva York, que supervisa la instalación de los aseos, ha explicado que el problema radica en que no hay plazos concretos y que encontrar lugares adecuados para estos baños es muy complicado debido a ciertos requisitos como el espacio de la acera, la distancia de los bordillos y la presencia de red eléctrica y bocas de incendio. Incluso su instalación en parques públicos plantea problemas debido a que en estos espacios no puede haber publicidad y los aseos la llevan integrada en las paredes. Además, la Comisión de Diseño Público puede rechazar la presencia de los inodoros si considera que obstruye algún punto de referencia o alguna zona emblemática de la ciudad.
Cada aseo cuesta alrededor de 160.000 euros sin incluir el coste de instalación, que varía dependiendo del emplazamiento y corre a cargo de JCDecaux. Además, un inspector se encarga de realizar revisiones tres veces por semana además de alguna extraordinaria. Los baños públicos automáticos están formados por una estructura rectangular de metal e incorporan inodoro, lavabo y botones de pánico. Cada 15 minutos se desinfectan de forma automática. El precio por utilizar el aseo es de 25 centavos de dólar. Los tres baños operativos contaron en diciembre de 2015 con 912 usuarios y recaudaron 228 dólares, de acuerdo con datos de JCDecaux
Ante la dificultad de ir al aseo público, a alguno siempre se le ocurre hacer sus necesidades en la calle. Y no son pocos. El año pasado, la policía de Nueva York entregó 17.744 citaciones por orinar en público. La mejor opción para la vejiga parece ser entrar en algún establecimiento. Para la vejiga, no para el bolsillo.
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